“Es obvio que la poesía y la fotografía pueden complementarse y hasta influirse recíprocamente. La apasionante experiencia que he vivido con Eduardo Longoni y el talante intuitivo y revelador que transmite a su cámara, me ha servido entre otras cosas para recuperar estampas de mi pasado, calcomanías de mis barrios, calles de mi modesta biografía, ilustraciones de una ciudad remota y también actual, que es para mí entrañable y que había quedado algo desdibujada en mi memoria después de doce turbios y enturbiadores años de exilio”
Mario Benedetti