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No perdono a la muerte enamorada / no perdono a la vida desatenta... La Elegía más sentida que he leído en mi vida. Y este b&n tuyo, Alberte, que acompaña la mirada de ese hombre perdida vaya a saber en qué recuerdo, se agiganta con las palabras de Hernández. Un juego de líneas en rectángulos atravesado por la diagonal de la paloma y la soledad de un hombre, que simboliza la soledad de todos... Un abrazo. Gracias por este trabajo que me emociona.
Agustín Gribodo