#Antropoceno de los canadienses Edward Burtynsky, Jennifer Baichwal y Nicholas de Pencier llega a Fundación PROA
Nuestro planeta se formó hace aproximadamente 4500 millones de años. Desde allí hasta hoy son innumerables la cantidad de formas de vida que se han detectado, mientras que los seres humanos habitan la tierra hace tan sólo 300.000-200.000 años atrás.
Distintos fenómenos climáticos como inundaciones, heladas, calentamiento global, sequías, tormentas cambiaron y siguen cambiando el curso de la historia. Para ordenar estos tiempos geológicos, la comunidad científica sistematiza sus etapas en unidades de medida que determinan: eones, eras, períodos, épocas. En cada una de ellas, se agotan tipos de vida y comienzan nuevos.
La UNESCO define el término ANTROPOCENO de la siguiente manera: “se emplea hoy en centenares de libros y artículos científicos, se cita miles de veces y se usa cada vez más en los medios de comunicación. Creado en un principio por el biólogo estadounidense Eugene F. Stoermer, este vocablo lo popularizó a principios del decenio de 2000 el holandés Paul Crutzen, premio Nobel de Química, para designar la época en la que las actividades del hombre empezaron a provocar cambios biológicos y geofísicos a escala mundial. (…) Stoermer y Crutzen propusieron que el punto de arranque de la nueva época fuera el año 1784, cuando el perfeccionamiento de la máquina de vapor abrió paso a la Revolución Industrial y la utilización de energías fósiles”.
En la actualidad, a pesar de que existen alternativas al término Antropoceno, existe un relativo consenso sobre el término que está siendo utilizado por la comunidad científica, meteorólogos, investigadores, y artistas.
En palabras de Edward Burtynsky, artista, fotógrafo y documentalista: “Nuestro planeta ha sido testigo de cinco grandes eventos de extinción, y estos han sido provocados por una variedad de causas: el impacto de un colosal meteorito, erupciones volcánicas masivas y actividad de cianobacterias oceánicas que generaron una toxicidad mortal en la atmósfera. Estos fueron los fenómenos naturales que rigen el flujo y reflujo de la vida. Ahora está quedando claro que la humanidad, con su explosión demográfica, industrial y tecnológica, se ha convertido en muy poco tiempo en un agente de un inmenso cambio global. Podría decirse que estamos a punto de convertirnos (si no lo somos ya) en los perpetradores de un sexto gran evento de extinción. Nuestro sistema planetario se ve afectado por una magnitud de fuerza tan poderosa como cualquier catástrofe global que ocurra naturalmente, pero causada únicamente por la actividad de una sola especie: nosotros. […] He llegado a pensar en mi preocupación por el Antropoceno, las marcas indelebles dejadas por la humanidad en la faz geológica de nuestro planeta, como una extensión conceptual de mis primeros y más fundamentales intereses como fotógrafo. Siempre me ha preocupado mostrar cómo afectamos a la Tierra a lo grande. Para ello, busco y fotografío sistemas a gran escala que dejan marcas duraderas. […] Como grupo colaborativo, Jennifer, Nick y yo creemos que un compromiso experiencial e inmersivo con nuestro trabajo puede cambiar la conciencia de quienes se involucran con él, lo que ayuda a fomentar un debate ambiental cada vez mayor. Esperamos llevar a nuestra audiencia a la conciencia del resultado normalmente invisible del impacto acumulativo de la civilización sobre el planeta. Esto es lo que nos impulsa a seguir haciendo el trabajo.
Fundación PROA presenta una exhibición de los trabajos, obras, fotografías, videos y piezas en realidad aumentada que los artistas vienen desarrollando a lo largo de todo el mundo para documentar y concientizar sobre el impacto de nuestras acciones sobre el ambiente. Celebrada por medios como el New York Times, el Financial Times o Hyperallergic, esta exhibición es una oportunidad para conocer el trabajo de los artistas canadienses por primera vez en Argentina.
Desde el 17 de diciembre en Av. Pedro de Mendoza, 1929
Auspician: Tenaris – Ternium