Fundación Larivière invita a participar del cierre de la exposición “Carrusel de melancolías”, de Leonora Vicuña, el domingo 23 a las 13.30h, donde haremos un taller de coloreado a cargo de la artista. Y, luego, a las 17h. presentaremos el magnífico libro – catálogo bilingüe, con textos de Felipe Tupper. La artista, realizará un recorrido por la sala junto a Facundo de Zuviría. Todas las actividades son gratuitas.
📌 El taller de coloreado está destinada a mayores de 10 años.
📌 Requiere inscripción previa en el siguiente link: https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSfZo9HTY92Dm3KDaJw86s8YwzQlEB8_1yHibLwb10Xx2-L2EA/viewform
📌 Los participantes deberán enviar dos fotografías en blanco y negro por persona a través del formulario de inscripción, hasta el domingo 16 de febrero (inclusive).
📌 La fundación imprimirá las fotografías y brindará los materiales para colorear el día de la actividad. Los participantes también pueden traer lápices y tizas.
El domingo 23 de febrero será el último día para visitar la exposición de la artista chilena en nuestra Sala1-
Este libro catálogo, que es un testimonio clave de la gran exhibición de la artista en la Fundación —la primera en nuestro país— cuenta con 128 páginas. Para quienes quieran tener un ejemplar, se lanzará una preventa a 55 mil pesos, mientras que el precio regular será de 65 mil pesos. La oportunidad para comprarlo con descuento está vigente hasta el mismo día de la presentación del libro. La artista firmará ejemplares durante el encuentro.
La década que se inicia en 1973 fue clave en la producción de Vicuña. En ese año, Vicuña viajó a Madrid, pero pronto decidió ir a París para estudiar antropología. Allí, por cuestiones administrativas, quedó como inmigrante ilegal. En 1976, hizo pie en Grecia, donde se quedó un año y empezó a tomar fotografías con su cámara rusa Смена.
En 1977, a su regreso a Chile, donde permaneció cinco años, ingresó en la Escuela de Foto Arte. Vivió en un templo positivista llamado “La Fundación Lagarrigue”, administrado por su propia familia. Su familia, de origen vasco, ya desde el siglo XIX era seguidora de Auguste Comte. “Comte creó la Religión de la Humanidad y los Lagarrigue la trajeron a Chile”, señala Vicuña, cuya familia construyó un templo modesto en el centro de Santiago de Chile. En ese sitio, en el que la artista vivió desde 1979 hasta 1983, hizo muchísimas actividades culturales que incluyeron desde exhibiciones hasta la filmación de parte de un filme. Además, fundó junto con otros fotógrafos la Asociación de Fotógrafos Independientes (AFI), con sede en la casa templo donde vivía.
Entre 1978 y 1983, con sus amigos poetas tomó gran cantidad de fotos. Visitó, cuenta Tupper, los mundos más oscuros de la ciudad. “Cuando llegué a Chile, había momentos en que el toque de queda era a las 12 de la noche; en otros momentos a las 10. Noche no había. Incluso de día vivíamos un poco de noche. Era un momento oscuro donde uno iba a esos lugares a refugiarse. Y yo he tenido muy buenos amigos poetas y creadores de todo tipo que se refugiaban en los bares”, recuerda la artista.