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EL PAISAJE URBANO
“Saber mirar y observar”
Texto y fotos de Vicente Viola (*)
El paisaje urbano es uno de los temas de mayor accesibilidad para cualquier amante de la fotografía. Como ocurre con el paisaje natural, contiene gran variedad de características y situaciones cambiantes. Para muchos este tipo de fotografías es una excitante experiencia, para otros una disculpa para asomarse al mundo que nos rodea. El tema puede presentarse tan amplio y complejo que a veces nos hace dudar por donde comenzar a efectuar las tomas.
Perfiles urbanos: efectuado con una cámara réflex y un lente gran angular, luego se recorto un poco el cielo y el agua para hacerla mas panorámica.
La mayoría de la gente fotografía edificios y paisajes urbanos como recuerdo de un viaje o del lugar en que viven. La fotografía de paisajes urbanos puede ser más que un simple recuerdo del lugar para pasar a ser un buena foto o al menos una foto bien sacada. Nos concentraremos en la observación y percepción del espacio que nos rodea, el mejor tipo de lente a utilizar, y en los elementos compositivos que puedan enriquecer nuestra imagen. Una cosa es mirar y otra cosa es verlo fotográficamente, es decir visualizarlo.
La observación es una suerte de anticipación del resultado de una fotografía, saber como quedará esta antes de fotografiarla. Es un proceso de aprendizaje progresivo que quizá no termine nunca, es un ejercicio que todo buen fotógrafo no solo hace cuando tiene una cámara en la mano, sino en todo momento, es decir ejercitar nuestro ojo fotográfico aun sin la cámara, sino prestemos atención a lo común que es decir y escuchar “¡qué lindo para una foto!”, si tenemos la cámara en ese instante, no dudemos en hacer el disparo, y nos queda como un ejercicio de observación continua.
Ambiente urbano: pintoresca situación en un pequeño pueblo de Italia donde el punto de atracción si bien es la verdulería, el entorno de las viviendas y el cromatismo dado por el color ocre de todo su entorno, le dan una belleza particular a este espacio urbano.
Existen infinidad de elementos para tener en cuenta en la observación de un espacio urbano, entre los más representativos tenemos: el punto de vista; el ambiente urbano; la escala; efecto espectacularidad; el ángulo plomo; color y ciudad; perfiles urbanos y color y ciudad.
El punto de vista: la perfecta colocación de la cámara es fundamental en el momento de la toma, el ejercicio elemental es moverse, es decir caminar hacia delante y hacia atrás, mirar para arriba y mirar para abajo. Primariamente debemos comenzar a visualizar que queremos destacar y rescatar de ese espacio urbano. Los puntos de vista bajos le dan majestuosidad a la escena, si le sumamos al punto de vista bajo un gran angular y miramos hacia arriba, lograremos una mayor espectacularidad en la toma. Si logramos conseguir un punto de vista alto, registraremos una mejor amplitud visual del lugar. Son infinitas las combinaciones posibles según el equipo y tipo de lentes que podamos utilizar, pero no pasa por tener una mejor cámara o un lente más grande, sino en el poder de observación que tengamos y cuál es el tema que más nos atrae la atención: los detalles? La arquitectura? Las fachadas? Los grandes espacios? La gente que la habita o transita?... todo lleva a que podamos hacer un buen registro del ambiente urbano.
Angulo a plomo: mirar hacia abajo nos permite descubrir hermosos dibujos en el piso, tanto el dado por las texturas de los pisos como la silueta de las sombras. En esta particular composición se repite el numero dos entre los elementos que la componen.
Ambiente urbano: lo conforman todos los elementos y situaciones que se encuentran en el interior del espacio a fotografiar. Desde los elementos estáticos a los móviles; la dirección de una mirada o el movimiento de un vehículo; la sombra de una luz dura o el esfumado de un día nublado; la gama de grises para una foto blanco y negro o los colores fuertes de una copia color, etc.
Punto de vista y escala: el punto de vista alto transfiere la magnitud de este particular espacio, donde la persona transfiere la escala del lugar, de lo contrario quedaría una fotografía abstracta.
No siempre el ambiente urbano lo constituyen los espacios pintorescos y modernos de la ciudad, sino no debemos pasar por alto las zonas ruinosas o abandonadas, que obviamente no siempre están en el centro de una ciudad, estas situaciones transmiten imágenes con motivos de gran dramatismo y fuerza.
Luego, según el objetivo que estemos utilizando, este puede modificar radicalmente la sensación del espectador con respecto al motivo, es decir un lente gran angular transfiere una sensación mas abierta, por el contrario el teleobjetivo comprime el espacio entre los elementos y los edificios, transfiriendo una sensación de hacinamiento y claustrofobia.
Espectacularidad: en grandes urbes, con un gran angular y mirando perpendicularmente hacia arriba se pueden obtener imágenes muy particulares y llamativas, de ángulos que normalmente no observamos cotidianamente.
La escala: Se puede fotografiar un edificio alto y recortarlo de su contexto, pero si se incluye su entorno, esa foto será más llamativa, fundamentalmente si hay algún elemento que destaque su escala. Hay edificios de grande proporciones que han sido proyectados en entornos más humildes para destacar su escala. En ciudades que ha crecido sin una planificación organizada, hay grandes edificios que quedan rodeados por construcciones pequeñas generando situaciones fotográficas interesantes. Debemos colocar elementos de tamaño reconocible para acentuar la majestuosidad de un edificio o la pequeñez de un detalle urbano. Los elementos de escala reconocible más utilizados para acentuar la escala en el paisaje urbano, son fundamentalmente la presencia humana, un automóvil, una farola, etc.
Efecto espectacularidad: hay fotógrafos que consideran como error la convergencia de líneas verticales en la fotografía. Sin embargo a estas líneas se les pueden sacar un muy buen partido creativo. Consiste en inclinar la cámara hacia arriba y se exagera la perspectiva, aumentándose la sensación de altura agobiante o de monumentalidad. Si se utiliza un objetivo gran angular y nos acercamos al edificio, se obtendrá una distorsión más exagerada de la perspectiva. En ocasiones es preferible incluir un elemento en primer plano para crear una yuxtaposición que equilibre la fotografía. Dentro de una gran ciudad con rascacielos, es interesante utilizar un gran angular exagerado y mirar bien hacia arriba, de forma tal que los edificios altos aparezcan en los 4 ángulos del encuadre.
Espectacularidad: mirar para arriba por la calle, no es algo que naturalmente hacemos cuando transitamos por la ciudad, pero hacer este ejercicio para obtener una fotografía, nos permite encontrar sorprendentes imágenes. En este caso particular se aprovechó el espejado del edificio para reflejar y continuar la textura del cielo de suaves nubes. Los cables en primer plano le transfieren mayor profundidad a la foto.
El ángulo a plomo: todo lo contrario al punto anterior es hacer la toma totalmente en vertical desde arriba hacia abajo, obviamente necesitaremos tomar altura, es decir subirnos a un edificio alto y desde una ventana asomarnos, nos pueden dar como resultados fotografías muy llamativas y enigmáticas, hasta con cierta sensación de vértigo, imágenes que desde el plano tierra nos es imposible visualizar. Con la utilización de un teleobjetivo largo o un buen zoom con varias distancias focales, se puede recortar la realidad descubriendo grandes dibujos, fotos espectaculares, imágenes abstractas y hasta un efecto de aplanamiento de la perspectiva.
Color y ciudad: hay ciudades y barrios que normalmente son de un gris muy monótono (una gran excepción sería el Barrio de La Boca en Buenos Aires), encontrar los detalles de color que resalten y se diferencien del resto, es el motivo de este tipo de foto: publicidades, escaparates, grafitis, pueden ejercer un atractivo especial para quien las quiera mirar, que al ser contrastadas con el gris monótono del fondo, puedan resaltar su color y textura. Con un encuadre bien pensado, pequeñas manchas de color pueden producir un vivo impacto visual. Acercarnos al tema o utilizar un teleobjetivo es esencial para llenar el encuadre con el motivo seleccionado y poder concentrar los colores. Los días soleados son ideales para saturar los colores y darle vida e intensidad. El filtro polarizador es un buen accesorio a tener en cuenta para este tipo de detalles de color.
El perfil urbano: en este ultimo caso de “observación” se plantea tomar distancia del paisaje urbano, es decir alejarnos de la ciudad o tomar altura desde un gran edificio o elevación natural que pueda tener el paisaje. Es tomar una foto panorámica de la ciudad o del entorno urbano. “El carácter global de una ciudad se aprecia claramente desde su perfil”. Normalmente la luz ideal es la de un día nublado o el amanecer o crepúsculo para sacarle partido a las luces rasantes que acentúan la forma de los edificios y acentúan las sombras. Técnicamente se pueden hacer este tipo de tomas con cámaras panorámicas, o sino con el cuidadoso ensamble de varias fotos en horizontal o de ultima la utilización de un buen gran angular, tomar distancia y recortar la parte superior e inferior de la fotografía.
La luz rasante: se saco provecho la luz del crepúsculo, para acentuar las sombras largas recortando la figura de una persona y la farola, en el dorado color del atardecer.
Efectos de la luz: si estamos sacando fotos a una persona, le podemos pedir en todo momento que gire mirando hacía el sol; que gire para hacer un contraluz; que se acerque a una pared blanca para aprovechar el reflejo, etc. Dentro del paisaje urbano estamos más limitados: debemos esperar el momento justo, saber observar la luz, dado que estas pueden alterar la apariencia y carácter del lugar, imaginarnos como pueden proyectarse las sombras en otra hora del día, es decir saber observar y tener paciencia para la luz apropiada, según su cualidad tendremos resultados diferentes:
• La luz dura: ideal para destacar las formas, texturas y colores del paisaje. Crea contrastes que destacan las estructuras geométricas y dan relieve a los detalles de piedra y madera.
• La luz suave: de un día nublado, uniforme y brumosa puede crear un determinado y sutil ambiente en el paisaje urbano
• La luz rasante: del amanecer y del atardecer se pueden aprovechar por sus largas sombras y sus dorados reflejos sobre las fachadas.
• La hora mágica: si se quiere subrayar la forma de un edificio, se deberá fotografiarlo al anochecer o bien al amanecer, momento en que las luces naturales se apagan y las artificiales comienzan a encenderse: trasmiten un interesante equilibrio
• La noche: puede trasformar una ciudad en un paraíso de luces multicolores. Las luces de tungsteno darán un tono cálido anaranjado, mientras que las fluorescentes y de neón trasmitirán una dominante verdosa. El buen uso de las luces en movimiento de los vehículos genera un gran impacto en el paisaje urbano nocturno.
Color y ciudad: es cuando destacamos un color o colores llamativos sobre un fondo neutro. En este caso los llamativos colores fuertes de las sillas y las mesas del bar se destacan en la monotonía de la ciudad.
(*)Arquitecto - Fotógrafo urbano,
www.vicenteviola.com.ar
Director de FOTOESCUELA VICENTE VIOLA, La Plata.
