El paraguas
Quizás el elemento más conocido para modular una luz puntual como la del flash electrónico es el paraguas, que popularmente se ha asociado con el oficio de fotógrafo.
Cuando dirigimos una fuente de luz puntual hacia una superficie, y esta superficie ilumina el sujeto a fotografiar, estamos empleando esa superficie como fuente de luz efectiva. Como la luz, en vez de provenir de un punto, proviene de los infinitos puntos contenidos en el plano sobre el que la hemos rebotado, se producirán infinitas sombras que podremos leer visualmente como una sombra difusa y una iluminación suave.
Podemos dirigir nuestro flash a una pared blanca y esa será la fuente de luz que ilumine nuestro objeto o retrato.
Pero qué pasa si no hay una pared blanca disponible? Podemos reemplazar la pared por un papel o una tela blanca, o también una placa de poliestireno expandido , conocido comercialmente en Argentina como Telgopor .
Si bien todos estos materiales se usan mucho como accesorios de iluminación , lo cierto es que su montaje tiene mucho de artesanal y su transporte de engorroso.
Existen diversos accesorios como cajas difusoras o paraguas, que nos permitirán disponer de luz suave en cualquier ocasión. Sin embargo, el uso de este tipo de elementos genera a veces una iluminación excesivamente “limpia”, tanto en la calidad de la luz como en los reflejos, y es por eso que muchos fotógrafos emplean de manera positiva los reflejos en al ambiente al fotografiar elementos reflectantes, a la manera de los pintores holandeses del siglo XVI.
El paraguas permite rebotar el flash en su superficie, generando una mancha de luz amplia que ilumina al sujeto desde diferentes puntos, produciendo así sombras más suaves. El tamaño de la mancha de luz, que condiciona su dureza, puede regularse acercando o alejando el flash de lámpara, por lo que resulta importante elegir modelos de flash de estudio o accesorios para el flash dedicado que permitan esta maniobra. Un paraguas que trabaje a una distancia fija del flash estará limitado en sus funciones.
Las telas con las que se fabrican los paraguas pueden ser blancas, plateadas o doradas.
Las telas blancas producirán una luz más suave, mientras que las plateadas nos darán una luz más dura, más concentrada y con mayor alcance. Las doradas agregarán un tono cálido a las fotos.
Si estas telas no están calibradas para fotografía, o están teñidas con colorantes que reflejan UV, pueden darnos dominantes de color, de modo que convendrá estar alerta ante las grandes ofertas. Todas las telas se pondrán amarillas con el tiempo, de modo que cada 3 ó 4 años hay que renovar los paraguas blancos, o ponerles una etiqueta de “Advertencia, Luz Cálida”.
Por supuesto que una foto iluminada por un paraguas azulado o amarillento puede corregirse digitalmente. Pero si iluminamos un retrato o un objeto con tres paraguas de diferente color obtendremos una foto incorregible, en la que cada dirección de luz queda asociada a una dominante de color.
Los paraguas plateados están hechos con telas que tienen una fina capa de metal en su superficie o que están tejidas con hilos metálicos, y tiene mayor duración. Los paraguas traslúcidos permiten que la luz los atraviese, funcionando como una cúpula o domo que emite luz suave en un ángulo muy abierto.
Paraguas o cajas difusoras?
La calidad de la luz producida por las cajas de luz y los paraguas es bastante similar, sin embargo los paraguas nos van a ofrecer una luz más abierta, de mayor ángulo que las cajas. El paraguas cubre de luz suave una superficie mayor, mientras que la caja de luz cubre de luz suave una superficie menor.
El paraguas será copiado por las superficies reflectantes de nuestro sujeto, si fotografiamos una botella o una superficie metálica o plástica, la forma del paraguas, y sus límites aparecerán en la foto.
En los retratos, el reflejo de los paraguas le dará a los ojos un aspecto chispeante, su reflejo puede tomar la forma de una pequeña estrellita.
Un paraguas puede ser montado en 30 segundos, mientras que una caja difusora toma como mínimo cinco minutos, si no extraviamos ninguno de sus elementos. Los fotógrafos de eventos, los retratistas y los reporteros gráficos prefieren el paraguas por su agilidad y rapidez.
Sabemos, de acuerdo a la ley del cuadrado inverso, que la distribución de luz es más uniforme cuanto más lejos están las fuentes de luz de nuestro sujeto. Cuando trabajamos en ambientes chicos, la superficie luminosa del paraguas queda naturalmente más lejos del sujeto que la de las cajas difusoras, mejorando así los resultados. También quedan más cerca del fotógrafo los controles del flash.
En exteriores el paraguas puede embolsar el viento, por lo que tenemos que asegurar su trípode con un objeto pesado como una bolsa de arena, o recurrir a un asistente.
Los flashes equipados con paraguas cubren superficies amplias, brindan resultados parejos y la calidad de su luz puede controlarse mediante la distancia entre el propio flash y el paraguas. Generalmente es nuestro primer accesorio para modular la luz. Se pueden emplear con flashes de estudio o con flashes dedicados montados en un soporte adecuado y son una herramienta económica , portátil y práctica para lograr una luz suave y envolvente.
Mariano Molinari
Paraguas Plateado
Izquierda: La iluminación del rostro es similar a la del paraguas blanco, sin embargo, el fondo aparece más oscuro porque el paraguas plateado dispersa memos luz en el ambiente.
Derecha: Paraguas plateado montado en un flash de estudio.
Paraguas translúcido
Izquierda: Iluminación con un paraguas translúcido, con un resultado similar en el primer plano que el paraguas blanco en la posición de mancha de luz pequeña. El paraguas está aquí situado entre la fuente de luz y la modelo.
Derecha: Paraguas traslúcido montado en un flash de estudio.
Paraguas con tapa de tela
Izquierda: Este diseño de paraguas agrega una tela difusora en la salida de la luz, con lo que se logra una doble dispersión luminosa que se nota en este retrato. Un híbrido de paraguas y caja difusora.
Derecha: El paraguas con “tapa” de tela transparente.
Izquierda: Los paraguas no son buenos para iluminar superficies reflectantes porque copian su forma, la del trípode y la de los cables.
Derecha: Realización de la foto que abre esta nota, en la que empleamos un flash de estudio sumad a la luz del día. En estos casos hay que colocar un objeto pesado unido al trípode para evitar que el flash salga volando cuando hay viento.
Izquierda: Un decorado fuera del estudio iluminado solamente con un paraguas traslúcido. La vista a través de la ventana se agregará luego digitalmente.
Derecha: Los paraguas pueden emplearse también con flashes portátiles, mediante un accesorio adecuado.
Fotos y textos por Mariano Molinari