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4º Bienal Argentina de Fotografía Documental

Publicado: 26-10-2010
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Por: Bienal Argentina De Fotografía Documental

Tucumán, Argentina
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  Tweet La fiesta de la imagen

Se desarrolló en Tucumán la cuarta edición de la Bienal Argentina de Fotografía Documental. Un público numeroso participó de las exposiciones, conferencias y talleres.

Desde el 13 al 16 de octubre San Miguel de Tucumán se llenó de visitantes de Buenos Aires, Córdoba, Rosario, México, Venezuela y Estados Unidos que recorrieron la veintena de salas y museos que fueron copadas con fotografías de diversas temáticas y autores.

Las exposiciones permanecerán abiertas hasta el 12 de Noviembre.

Los eventos mas destacados fueron: la Feria de Libros de Fotos Autor a cargo de Julieta Escardo y Eugenia Rodeyro, desarrollada durante cuatros días en la liberia El Griego. 
La entrega de una mención en reconocimiento por su trayectoria a Sara Facio en el Museo de la Casa Histórica de Tucumán, donde además se inauguró la muestra “Eva perón mujer del bicentenario”. 
La exposiciones de Fuertes figuras de la fotografía como Juan Travnik con su muestra “Malvinas. Retratos y paisajes de guerra” en el Museo Provincial Timoteo Navarro y “Retratos de escritor” de Sara Facio. Esta Ultima se inauguró en el Centro Cultural Virla junto a las muestras “Tepito” del mexicano Francisco Mata Rosas, “San darío del anden” del colectivo Sub Coop, “Daguerromiserias” de Martín Acosta y la muestra colectiva “Independencias” resultado de una convocatoria realizada por la Fundación Infoto que organiza el festival.

El viernes el Museo de la Universidad Nacional de Tucumán (MUNT) abrió sus puertas para dar paso a la inauguración de tres muestras: “Un viaje” del porteño Dani Yako, “El Chocó, Colombia” del estadounidense Steve Cagan y “Lo gitano” del cordobés Sebastián Salguero – seleccionado en la revisión de portfolios de la edición 2008 de la Bienal-. El trabajo de estos fotógrafos ofreció un paseo por tres realidades distintas: pueblos originarios, comunidad gitana y campos de concentración en Polonia.

La clásica revisión porfolios concluyó con la selección del trabajo ganador de Myriam Meloni. De nacionalidad italiana, esta fotógrafa de 30 años abrió tres puertas en una sola mañana con “Frágil”, su trabajo sobre las víctimas del paco en argentina.

El sábado por la mañana en la Casa de la Cultura Municipal se mostraron los resultados de los talleres “La otra mirada” dictado por Santiago Cavinato en las instalaciones de la Fundación Minka y el taller de fotografía para niños y niñas del centro popular mate cocido dictado por Rafael Lacau.

Una de las actividades más destacadas de esta cuarta edición de la Bienal fue el taller dictado por Francisco Mata Rosas, “Tomar la calle”, que bajo el concepto de walk, watch and wait (caminar, observar y esperar) propuso a los participantes intervenir una peatonal céntrica con el objetivo de interactuar con las personas y retratarlas bajo una propuesta clara y un concepto fundamentado. El resultado fue una muestra ambulante por las calles de la ciudad donde con un cordón de muchos metros y broches para la ropa se mostraron imágenes con contenidos diversos como gente gritando para sacarse el stress dentro de una caja, gestualidades pronunciadas antes preguntas indiscretas de una fotógrafa, poses de revista para mostrar las tendencias de indumentaria, los trabajadores de la peatonal, madres con sus hijos y pies de los transeúntes sobre una alfombra.

Así también Juan Travnik dictó un taller de retrato fotográfico y Darío Albornoz uno de procesos fotográficos antiguos. 



El detrás de escena del retrato fotográfico
Taller sobre retratos dictado por Juan Travnik

En la mañana de la segunda jornada de la Bienal, sobre la vereda de la Asociación de Prensa de Tucumán, un grupo de jóvenes con sus respectivos bolsos esperaban sentados. Entre sus manos, el cronograma de la semana ayudaba al intercambio de opiniones. Ellos estaban esperando el inicio del taller “El retrato fotográfico”, dictado por Juan Travnik.
Una vez adentro, él se hizo presente con su tranquilidad característica, su cabello blanco, sus ojos claros y remera negra. Se dirigió al grupo con una pregunta inicial: “¿qué interés tienen en este taller?” Y comenzó a ahondar la magia que existe detrás de cada retrato, la interconexión y las pócimas a utilizar a la hora de apuntar, cámara en mano, a un rostro. “Existe una lucha de intereses entre el fotógrafo y el retratado -explica entre con la mirada fija en cada uno de los asistentes y agrega- La diferencia siempre radica en el permiso que logra el fotógrafo sobre el retratado”. Y es que, según este reconocido profesional, uno de los puntos más difíciles de este género fotográfico es el trato, el convencimiento y la psicología existente entre el fotógrafo y el retratado.
En el desarrollo de la charla, Travnik hace uso de sus manos, gestos y miradas para mantener a los oyentes atentos a la reflexión. De vez en cuando, el relato de alguna experiencia propia despierta sonrisas entre los concurrentes. Destaca su facilidad narrativa ¿será que la adquirió de tanto observar el comportamiento de las personas? Según él, allí radica la esencia del buen retratista.
“No me importa que analicen mis fotos técnicamente. Prefiero que el análisis se realice sobre el impacto, lo que provocan en el interior de quienes las contemplan y, si se acerca a lo que quiero expresar con ellas”, destaca Travnik y agrega sobre el final de la primer jornada: “Fotos buenas y malas sacamos todos, el secreto está en saber mostrar las mejores”.
La segunda etapa del taller se realizó durante las mañanas de los días domingo y lunes. Allí, sorprendió al grupo con la explicación práctica de su metodología de trabajo basada en el trato con la persona frente a la cámara. Cada palabra, cada explicación, inundaba de magia la sala. Los chicos no querían perderse ni una palabra, y tomaban notas sumidos en el sentimiento de admiración.
De cada persona que posa frente a la cámara, nace un personaje creado por el autor de la fotografía. Son ellos quienes representan, en parte, la mirada del artista. “Creo que todos los retratos son una gran mentira”, concluye Travnik al respecto.
Leonardo De La Zerda 



Concurso de fotografía y humor gráfico de CLADEM
El sábado 16 de octubre se realizó en Tucumán la presentación del Concurso de Fotografía y Humor Gráfico de la campaña "Educación no sexista y antidiscriminatoria", organizada por CLADEM. Con exitosa convocatoria, fotógrafos profesionales y aficionados participaron de la jornada inaugural en la Casa Municipal de la Cultura.

La Bienal Argentina de Fotografía Documental de Tucumán es uno de los festivales de mayor importancia a nivel nacional e internacional en su género. Reúne a los más destacados fotógrafos y fotógrafas del país, y del extranjero, en un espacio de debate, muestras, convocatorias y talleres.

Las actividades centrales de la cuarta edición del festival se desarrollaron del 13 al 16 de octubre. En esa última jornada de sábado, se presentaron los resultados de los trabajos de dos talleres realizados en distintos puntos de la capital tucumana. Uno de ellos coordinado por el grupo venezolano Ancla2, con la participación de chicos del Centro de Trabajo Popular Mate Cocido del barrio ATE. El otro, un taller para chicos y chicas con capacidades especiales, dictado por el fotógrafo porteño Santiago Cavinato. Una murga acompañó la entrada de los chicos que, con voz propia, contaron su experiencia en el taller ante el público presente.

Entre ambas actividades Julio Pantoja -director de la Bienal y jurado del concurso-, presentó la campaña “por una educación no sexista”, e invitó a los presentes a participar del concurso de fotografía y humor gráfico. En Latinoamérica la educación carece de políticas que construyan relaciones de respeto, igualdad y cooperación entre géneros. Margarita Espeche, representante de CLADEM (Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer), hizo uso de la palabra para explicar los alcances del concurso. El mismo tiene la intención de promocionar el derecho a una educación pública, laica y gratuita; estimulando a su vez la creación artística.

Para participar se establecieron dos categorías: fotografía y humor gráfico. Cada participante podrá enviar hasta cuatro obras y competir en ambos rubros. El concurso contará con un jurado integrado por REP (humorista gráfico), Diana Raznovich (humorista gráfica), Ananké Asseff (fotógrafa), Julio Pantoja (fotógrafo) y Susana Chiarotti Boero (Cladem). Las obras seleccionadas participarán de una exposición itinerante por las principales ciudades del país y recibirán premios en efectivo. La recepción de trabajos se extenderá hasta el 1 de Marzo de 2011.

La jornada culminó con la presentación de los resultados del taller “La otra mirada”, de Santiago Cavinato, y la inauguración de “La lucha de Hugo”, un fotorreportaje sobre la obesidad, creación de José Sternberg. 



Sonrisas francas en la zona desfavorable
La muestra de Cecilia Gallardo en Casa Managua. Ésta y el resto de las exposiciones continúan abiertas hasta el 12 de noviembre

Fue un viernes mojado no solo de agua de lluvia, sino de emoción y orgullo.
Canciones oriundas de Brasil vestían el salón de Casa Managua con notas que pintaban una noche especial donde la fotografía era el punto clave. Reunía a familiares, amigos, profesionales fotógrafos y algunos interesados en ese mundo bidimensional que transporta hacia una situación o momento ajeno al que se está viviendo.
Pupilas exploradoras registraban seis paneles plagados de fotografías en blanco y negro, donde la escuelita N° 282 de “El Desvío” es la principal protagonista. Pupitres, un portalápices de botella de plástico y esos rostros concentrados en un cuaderno de tareas, granizado de puntos blancos en un fondo oscuro, son las situaciones que capturo la fotógrafa Cecilia Gallardo en su muestra “Zona Desfavorable”.
Estos niños de cabello oscuro y sonrisas francas recorren varios kilómetros hasta llegar a la escuelita que Don Ignacio Gallardo y Don Leocadio, apodado como “Lupín”, construyeron en de noviembre de 1984.
Existe una magia interna que los moviliza, y quien ve las fotos descubre esa realidad. Las pupilas que examinan delicadamente los paisajes santiagueños monocromos, perciben esa inocencia pura de la infancia. Ese encanto de la niñez en la escuela, las tareas para la casa, el compañero de al lado, los maestros, los juegos como el fútbol, en ese campo donde el sol quema todo lo que toca y el polvo es un rubor que mancha piernas, caras y delantales.
La gente está en tránsito, circula una y otra vez acompañada de alguna empanada y una copa de vino, algo las invita a volver a ver esas fotos. Salen algunos y entran otros, se ríen. Sobran los abrazos, las felicitaciones, la sorpresa ante lo que algunos no conocen, el talento y la calidad humana de cada foto. Los años han pasado para Don Ignacio, y su hija Cecilia lo ha retratado en su ambiente, donde se siente pleno y contento. Como si su padre pudiera viajar a través de esas caras aprendices, de los pupitres donde escriben, o del pizarrón rebalsando de números, colgado al lado de una ventana.
Llueve emoción paternal y reconocimiento de ajenos. La lluvia palpable, la de afuera, invita a entrar y disfrutar de esa sofocación que traen los buenos momentos.
Todo esto se vive en la zona “El Desvío”, en esa escuela camuflada entre paisajes santiagueños donde la magia cobra vida.
Luisina Soria Arancibia 



Taller para chicos y chicas, organizado por Ancla2 de Venezuela, en el Mate Cocido

Durante estos últimos días estuvimos atravesando de manera simbólica el canal en la ciudad de Tucumán. Esta línea divisoria y frontera que nos separa del casco histórico, se dibuja en una geografía cuyos paisajes demandan reflexión ¿a dónde nos lleva esta polvorienta calle de tierra, este río negro de tatuaje acuoso que conmueve en su abandono? Un carro tirado a sangre marca un latido, una señal que recorre la ciudad colectando entre sus calles, a otro río de vida que circula fervoroso. Estos han sido los pasos de los chicos y chicas del Centro de Trabajo Popular Mate Cocido, redoble de tambor, musicalidad, presencia y vida. Días de trabajo fotográfico orientados a compartir nuestras miradas: la de ellos hacia sus familia, sus mascotas, sus amigos y la orquesta, la nuestra que cree que el arte propicia espacios de crecimiento humano. Miles de fotografías que reconstruyen esas cuadras del barrio ATE: el vendedor de helado y su corneta, el colectivo y su huracán de polvo, la niña que se sostiene de su flauta mientras llega en moto al ensayo del día, el canal que dejó de ser, las flores coloridas que desafían el horizonte, la carcajada de Sergio que no deja que un rayo penetre, la mano-madre de Sole que no abandona, los sueños del fútbol y la guitarra que abraza. Días de mate para compartir.
Agradecemos enormemente a los niños y a toda la comunidad que nos abrió sus puertas,
a Ceci y Alejandra por ser compañeras siempre, a la IV Bienal Argentina de Fotografía que apuesta por su país y propicia estos espacios de encuentro, donde la fotografía mas que un clic, suena a eco redoblante y voz latinoamericana. Gracias Julio por la invitación.
Rafael Lacau / José Manuel Romero 



Lo que ven nuestros niños
Taller para chicos y chicas, organizado por Ancla2 de Venezuela, en el Mate Cocido

Muchas veces creemos saber lo que le gusta ver a un niño, entonces los adultos empezamos a buscar, a sumar más de lo mismo para hacerlos más felices y con ello renovamos en nuestros corazones la alegría inmensa que nos provoca ese entusiasmo.
Pero de verdad ¿conocemos ese mundo pequeño e inmenso a la vez, que crean ellos mismos con su imaginación? Todos los días nos sorprenden, es lo que sentimos que pasa cuando vienen al Mate.
¡Cuando nos enteramos que habían pensado en nuestros niños para dictar un taller de fotografía! ¡Que les iban a prestar cámaras digitales! ¿¿de juguete? ¡Nooo, las de verdad, con flash, estuche,…¿Ah, pero un ratito, que no?...¿¿¡¡DIEZ DÍAS??¿¿PARA LLEVAR A LA CASA?? ¡¡uaauu!!!
Y nosotros los adultos nos asustamos, los del Mate y los padres también… porque sabemos donde vivimos, un barrio donde ha pasado de todo… pero está bueno retomar de a poco nuestra confianza, todo lo bueno que aquí pasa tenemos que mostrarlo al resto de los vecinos y de la sociedad tucumana, tenemos que hacerlos sentir orgullosos de donde viven y una forma maravillosa es la que este par de Venezolanos, experimentados, entusiastas, carismáticos, sabedores de lo que la fotografía puede modificar en la mirada de un niño, han logrado plasmar en ellos.
Es conmovedor ver lo que ellos ven de su barrio, de su familia, de sus amigos, porque de eso creemos se trata la fotografía, congelar en mi retina, lo que más me gusta ver...
Para nosotros, que hemos intentado de distintas formas, a través de todos los medios, a
nuestro alcance, generar conciencia, de lo que produce ese pequeño canal que nos atraviesa y que quisiéramos verlo diferente, que por momentos quisiéramos que desaparezca de nuestra vista, sin embargo, las fotos de los niños, reflejaron otra mirada, la mayoría vió lo más lindo que tiene este canal, que hace mucho tiempo albergaba un torrente de agua cristalina, vieron ese árbol que parece caído a propósito para que se suban todos juntos, y las flores silvestres que lo rodean, y el verde, el verde que nunca debimos perder en el barrio ATE de una la plaza que no fue.
Y esta mirada nos provoca retomar aquel viejo sueño, aquel plano, que hicimos hace mucho tiempo, más que un plano era un enorme paisaje, un canal, no más a cielo abierto, rodeado de árboles, canteros con flores, juegos para los niños, cancha de bochas para los adultos, mesas y bancos de piedra, para nuestras tardes de mateadas, y la orquesta de niños tocando para nosotros…
Seguramente después de estas miradas que son muchas, hay muchos ojos que retrataron lo mismo, talvez entonces, entre todos esta foto cobre movimiento… A los niños, por renovarnos la confianza y a ustedes maestros de Venezuela, por hacernos compartir esta experiencia y por su enorme aporte, muchas, muchas gracias...
Por Soledad Barreto 



Tres viajes al interior de las culturas
Exorcizando un sentimiento, desmitificando prejuicios, revalidando una resistencia

El viernes por la noche la lluviecita acompañó los pasos finales de una maratón por la fotografía documental. El Museo de la Universidad Nacional de Tucumán (MUNT) abrió sus puertas para dar paso a la inauguración de tres muestras: “Un viaje” del porteño Dani Yako, “El Chocó, Colombia” del estadounidense Steve Cagan y “Lo gitano” del cordobés Sebastián Salguero – seleccionado en la revisión de portfolios de la edición 2008 de la Bienal-.
El trabajo de estos fotógrafos ofreció un paseo por tres realidades distintas: pueblos originarios, comunidad gitana y campos de concentración en Polonia.
“Un viaje” se compone de una serie de fotos en blanco y negro, con la particularidad de no contener ningún rostro humano. Tal vez, la representación de aquellos que ya no están. Yaco, viajó a Polonia, al pueblo natal de sus antecesores y se inmiscuyó en el pasado trágico de su familia durante el holocausto. La muestra se convierte en una invitación a conocer una parte de la historia personal del fotógrafo. “Fue un intento de exorcizar un sentimiento”, aclara el fotógrafo.
Sebastián Salguero fue el encargado de llenar la sala de color mediante su trabajo sobre el universo gitano. Costumbres, risas y lágrimas de emoción inundan su trabajo. Salguero agudiza su mirada en las fiestas, en las actitudes positivas y la arquitectura del hogar gitano.
Las fotos del estadounidense Steve Cagan, viajan por la espesura de la región de El Chocó, en Colombia. Las imágenes, dispuestas en grupos y acompañadas por pequeños textos, muestran a través del blanco y negro de la cámara, la realidad cotidiana de los residentes de esa localidad. Un viaje al interior de su cultura, guiado por retratos y paisajes que pintan, de cuerpo entero, el escenario social de la región y la resistencia de los pueblos de descendencia africana.
La inauguración culminó con la palabra de los autores, el convite de empanaditas y vino típicos de la región, y música acompañando el diálogo extendido entre colegas.
Debora Decima 



Recientes e históricos en el Virla
Escritores, San Darío del Andén, Independencias, Daguerromiserias y Tepito

Distintas pero semejantes, cada una de las fotos tiene en común con la otra que irradian algo especial. De la mano de Sara Facio, conocemos a nuestros escritores bajo la sutileza del trabajo en blanco y negro. Cada retrato buscó resaltar la personalidad de los escritores bajo la guía de sus obras literarias. “En mi foto, Cortázar es el de Rayuela. Lo mismo sucede con los otras expresiones”, declaró la fotógrafa.
Las de Mata Rosas, retratos también, contrastan por su colorido. Con “Tepito” evoca aquel barrio bravo de México, sus personajes cotidianos, sus maneras únicas de ser. ¿Quién determina la estética? ¿Es el barrio o su gente?
La cooperativa de fotógrafos Sub, en cambio, centra su mirada en la presencia espiritual del ex-militante del MTD, Darío Santillán. Su recuerdo, su imagen impregnada en el barrio, la lucha de sus compañeros que, aun hoy, sigue viva.
Las imágenes de Independencias se agruparon en el fondo del salón. En ese espacio, abunda la variedad de miradas sobre un mismo tema. Documentos únicos de la lucha latinoamericana, presentados en el formato de muestra colectiva con Julio Pantoja como curador.
De camino entre el pasado y el presente de nuestro continente, el trabajo conceptual de Martín Acosta: Daguerromiserias. Una serie de imágenes sobre los chicos de la calle, presentados al viejo estilo del daguerrotipo, con marcos repujados y estuches de terciopelo bordó.
Durante la inauguración, entre el bullicio de las personas que circulaban por el Centro Cultural Flavio Eugenio Virla, se abrió un espacio circular casi perfecto: hicieron su entrada los muchachos de la murga “Pechando el camión”. El sonido de los tambores y los redobles resonaban ya, desde la entrada del edificio.
Todos los trabajos permanecerán expuestos hasta el 12 de noviembre.
Cristian Mamaní 



Ese instante decisivo
A.R.G.R.A. XXI Muestra anual de Fotoperiodismo Argentino

Nada parece escapar a la cámara en estas imágenes. Gran cantidad de personas van y vienen por los salones del Museo de Bellas Artes Timoteo Navarro. La convocatoria despista: no parece miércoles, sino sábado.
Las paredes visten la historia del año que pasó: política, música, deportes, retratos, vida cotidiana, naturaleza, arte y espectáculos.
En medio del recorrido dos chicos se detienen frente a la secuencia de imágenes realizadas por el fotógrafo tucumano Eugenio Adorni. Comentan entre ellos: “estas fotos son la el caso Chocobar, hace un día que cumplió un año”. Las fotos de Adorni retrataban el dolor del último adiós a un miembro de la comunidad indígena de Chuschagasta, quien fue asesinado el 12 de Octubre del 2009.
Otra es la realidad que muestran las fotos de Carlos Barria: diariamente miles de inmigrantes son deportados desde los Estados Unidos a países de Latinoamérica. El trabajo exhibido cuenta a través de una serie de fotos la historia de una deportación a Guatemela. La historia concluye con la imagen de un abrazo en el aeropuerto. Chávez, el protagonista, se reencuentra con su familia en su país natal.
El recorrido por la totalidad de la muestra invita a una reflexión: ésta sea, quizás, una cita obligada para todos los argentinos. Una oportunidad única de acceder a la historia reciente, al esfuerzo y al trabajo diario de los reporteros gráficos de todo un país.
Sebastián Garnica 



And the winner is…
La revisión porfolios concluyó con la selección del trabajo de Myriam Meloni para la próxima Bienal en el 2012.
De nacionalidad italiana y sonrisa encantadora, esta fotógrafa de 30 años abrió tres puertas en una sola mañana con “Frágil”, su trabajo sobre las víctimas del paco. Además de la oportunidad de exponer dentro de dos años en la 5ta Bienal, le ofrecieron otros espacios Juan Travnik ( Director de la fotogalería del Teatro San Martín) y Pedro Valtierra (Director de Cuartoscuro, México).
“Decidí venir a último momento y ahora, mi panorama para este año es totalmente distinto”, confiesa la ganadora.

Entrevista.
La historia, según la protagonista.
-¿Con qué expectativas llegaste a la revisión?
- Era consciente de que las personas que evalúan tienen la posibilidad de abrirnos puertas, pero también vine a buscar opiniones. Los revisores son profesionales en los cuales confío y no estaba segura de saber si mi trabajo estaba cerrado.
-¿Recordás el momento en que elegiste el tema?
-Sí, la idea nació apenas llegué a la Argentina. Ver a los chicos tirados en las estaciones de Constitución y Retiro me chocó más que a cualquier persona, porque yo llegaba con mi “ingenuidad” europea.
-¿Cómo fue tu primer experiencia de acercamiento?
-Fue muy simple, muy común. Primero contacté a la asociación de las Madres del Pañuelo Negro. Desde que hablé con ellas todo pasó muy rápido. Al día siguiente ya estaba fotografiando una internación forzosa. El chico tenía 25 años y se llamaba Facundo, me acuerdo, venía de 10 días de gira y lo sacaron de la cama para llevarlo.
-¿Cómo reaccionaste?
- Lo primero que sentí es que el problema era mucho más grande de lo que me imaginaba. Me vi metida en una historia que casi no entendía y al principio solía quedarme congelada sin poder hacer fotos.
-¿Y ellos?
-Los chicos realmente no esperan nada de mí porque no esperan en general nada de nada. Las madres quizás sí tienen una perspectiva y una conciencia de la importancia que pueda tener a futuro lo que estoy haciendo.
-¿Es posible “despegarse” de las historias para trabajar?
Es difícil. Me pasó de ir seguido a un centro de tratamiento y que al tiempo los chicos me pidieran que les enseñe italiano, por ejemplo. Era medio loco, pero yo dije que sí. Lo hice como forma de devolverles la presencia, las charlas, las fotos que ellos me dieron.
-En este trabajo te lanzaste a una temática social fuerte. ¿En trabajos anteriores también?
-Siempre estuve ligada a trabajos de este tipo. Anteriormente, por ejemplo, hice reportajes sobre un parador de mujeres que vivían en la calle, sobre el desmonte en el Chaco, sobre una casa tomada en Buenos Aires… En general me atrae el tema de la problemática habitacional.
-Aunque en algunos trabajos el título no merezca mayor atención, muchos hablaron bien del que elegiste ¿Pensás que es porque abordaste el tema desde un nuevo lugar?
- Puede ser. Lo titulé “Frágil” porque lo que me interesa es humanizar a esos chicos. Yo quería hacer una especie de pantallazo sobre el paco, pero que sea un poco más amplio y que abarque las causas del consumo. Al final me quedé hablando de los chicos, de su familia y de su entorno. Desde el punto de vista fotográfico, son ellos los protagonistas absolutos de mi trabajo. Ellos, humanizados. Recalco eso porque hay muy poca humanidad en el trato que se les da incluso, con la mirada en la calle.
- Editaste acorde a esa premisa entonces…
-Sí. Tenía imágenes que ponían a los chicos en un lugar completamente distinto al que quería y las descarté. Me pareció que la fragilidad era el sentimiento básico alrededor del cual yo quería trabajar. Los chicos conocen el paco antes que el juego. Si un chico de 14 años lo fuma, no creo que en realidad esté eligiendo.
-¿Hubo algún comentario en la revisión que te quedó resonando en la cabeza?
- Con mi trabajo generó medio un debate sobre el derecho de las personas retratadas. Aníbal Mangoni (Director de la Bienal de Fotografía de Córdoba) se preguntó sobre las consecuencias de exponerlo, por ejemplo, en una galería de arte. Si eso podría denigrar o provocar efectos negativos en el futuro de esas personas. Cuando Juan Travnik estaba mirando las fotos se detuvo en una y dijo algo como “Las cosas que realmente le hacen mal, pasan en su vida cotidiana. Este chico está en una situación en la cual cualquier cosa que se pueda hacer con su imagen, difícilmente lo perjudique.” Esta gente carece de derechos muchos más básicos, por eso yo también creo que en estos casos el derecho a la imagen es el último que debe preocuparnos.
- ¿Te gustaría presentar tu trabajo impreso o en formato multimedia?
-Yo creo que impreso, aunque desde el principio fui grabando algunos videos con medios prestados. Contemplo la idea de una versión multimedia, pero sería más que nada para facilitar su difusión entre las organizaciones de lucha.
-¿Podrías el día de mañana trabajar sobre algo más relajado?
-Sí. Creo que de vez en cuando hace bien a uno mismo hacer un paréntesis y dedicarse a fotografiar algo lindo. Cuando venís metida en temas tan duros se pierde la capacidad de apreciar la belleza de las cosas y acabás concentrándote sólo en la tragedia.

Marianela Feijóo 



Revisión de portfolios: el paso a paso
La Quinta Bienal Argentina de Fotografía Documental de 2012 ya tiene su primera exposición: el portfolio presentado por Myriam Meloni fue el elegido.

Fotógrafos de reconocidas trayectorias (tanto nacionales como internacionales) de la talla de Juan Travnik, Dani Yako, Tony Valdés, Francisco Mata Rosas, Steve Cagan, Julieta Escardó, Pedro Valtierra, entre otros, buscaban el lugar más cómodo y con luz natural.
El espacio es grande y hay lugar para todos. Fotógrafos profesionales, estudiantes y aficionados arribaban desde temprano a ese mismo sitio, el bar Plaza de Almas, que fue elegido para la revisión de portfolios.
Respetando lo estipulado, cada uno esperaba su turno, ansiosos por tener esos veinte minutos con grandes de la fotografía documental. Ellos criticarían su trabajo y brindarían su tiempo. Todos los rincones del bar cultural estaban ocupados. Intercambiaban ideas, dialogaban, se entendían, compartían un mismo lenguaje, entre cafés, mates, jugos y medialunas; que iban de un lado a otro.
Muchos mostraron sus trabajos en soporte digital, otros en la forma tradicional y los temas o situaciones retratados tuvieron que ver, en general, con el ser solitario y el contexto que lo rodea. Ramón Teves, coordinador de la revisión, cuenta que en esta edición se buscó que todo fuera más ordenado. Es por eso que hubo una previa inscripción vía mail, en donde los aspirantes a participar (la revisión es sin costo, lo que no es habitual en los festivales), debían completar un cuestionario pautado con preguntas sencillas. Teves sostiene que para los fotógrafos profesionales es importante este encuentro ya que da la posibilidad de que un trabajo consolidado suyo sea reconocido y para los amateurs los alienta a comprometerse más y algunos decidan formarse, estudiar y capacitarse en la fotografía.
Todo terminó pasado el mediodía, el grupo de revisores se reunió y definieron que el trabajo “Frágil” presentado por Myriam Meloni (que trabaja en un colectivo denominado nueve13), sea el seleccionado para participar en la exposición de la Quinta Bienal en 2012. El impactante trabajo del grupo retrata la problemática en el país del paco, droga que actualmente se está llevando la vida de más de 200 chicos por mes en Argentina.
Natacha Garbushian 



Rebeldía cubana en Plaza de Almas
Inauguración de la muestra “Años Rebeldes” del diario cubano Juventud Rebelde

La juventud tomó protagonismo en la segunda jornada de la Bienal. El verde regaba muchas imágenes; verde oliva del ropaje revolucionario, verde esperanza de un pueblo que resiste, verde mezclado de rojo revolucionario en aquellas venas. Ecos de la voz de la sociedad cubana parecían fugarse de las fotografías colgadas e impregnar los pasillos del lugar.
En esta noche primaveral de jueves, el bar Plaza de Almas se teñía de reuniones, charlas, amistades y parejas. En la entrada por calle Maipú, se mezclaba la armonía del lugar con las coloridas fotografías del diario cubano. La caravana de la bienal arribaba a nuevo destino.
Una multitud de fotógrafos y aficionados ingresaron en el bar ocupando mesas y pasillos para apreciar las 31 fotografías que se exhibían en el lugar sumiendo a los presentes en la historia de 45 años de revolución, a través de uno de los diarios de ese país. Cerca de las diez y media de la noche, apareció Kaloain Santos Cabrera en representación de Juventud Rebelde a levantar el telón de esta inauguración. Con agradable humor, sencillez y calidad, el cubano se presentó ante los presentes y explicó su relación y el amor que lo une a este diario. “Quisimos exponer la vida diaria de los cubanos en esta muestra, justamente aquellas imágenes que no ofrecen los grandes medios internacionales de nuestro pueblo”, dijo al referirse a la muestra. Imágenes de Fidel Castro en diferentes momentos de su vida, rostros de un pueblo fuerte y comprometido, abrían un sin fin de historias que contar. Mientras, Kaloain expresaba su orgullo: “Este medio me entregó un espacio increíble, es un lugar que te hace crear, te hace vivir y te da un sentido de pertenencia inmenso, creo que ese espíritu se traslada en lo que siente el pueblo cubano, representación en un periódico como Juventud Rebelde”.
Entre ruidos de platos, copas y cubiertos, el joven cubano se tomó su tiempo para expresar -con su experiencia a cuestas-, un mensaje para quienes se inician en el fotoperiodismo enalteciendo las ganas y las fuerzas de la juventud: “Llegué a este medio por las inmensas ganas de hacer, mi mensaje es que hay que seguir estudiando, teniendo compromiso ético con la profesión y social con los lectores y defender los espacios que tengamos donde poder expresarnos y seguir creando”.
Leonardo De La Zerda 



Retratos de fe
Inauguración de la muestra “El niño Fidencio, un Santo Mexicano” de Pedro Valtierra

En la esquina del teatro Alberdi la gente se fue agolpando para entrar, ya entrada la noche del segundo día de la Bienal, para apreciar las llamativas imágenes en blanco y negro que adornaban el hall de acceso del edificio. Ropa suelta, calzado cómodo y mochilas cargadas, traían varios fotógrafos -se dice a ellos no resulta difícil distinguirlos entre la multitud-. Abrazos, risas, encuentros y saludos se sucedían bajo la mirada del busto de Juan Bautista Alberdi.
Veintiocho fotografías colgadas en las paredes de este salón expresaban un fenómeno religioso único, donde rostros enajenados emanan la fe y el culto de una sociedad que encuentra en el Niño Fidencio la salvación. El barro bendito en el que los creyentes se sumergen, hipnotizan a quienes contemplan cada fotografía de Pedro Valtierra.
Cuando las personas llegabaron en procesión desde la inauguración anterior, se escuchó una voz con tonada mexicana dentro del salón. Un hombre más bien bajo, de pelo suelto, de anteojos, con camisa clara, entró con su cámara en mano y -entre saludos-, se dispuso a realizar algunas tomas su propia inauguración. Siempre con la sonrisa en su rostro, el hombre que tiene decenas de exposiciones alrededor del mundo sobre sus espaldas, demostraba ansiedad. Después de responder algunas preguntas, este agnóstico (como se autocalifica), abrió la muestra de espalda al busto del prócer argentino. En su apertura, Valtierra ahondó en la historia del Niño Fidencio, explicó este fenómeno religioso y cultural. Logró ir sumergiendo a los presentes en un clima dogmático y misterioso donde -paradójicamente- se explica la razón de su obra, mientras deslizaba pasajes de oraciones: “Para llegar ante tu presencia, caminaré de rodillas, en obra de penitencia, por tus grandes maravillas”. Un fotógrafo, inclinando su cámara verticalmente, se disponía a disparar contra el orador. “Aquí me tienes postrado, ante tus pies rendido, por lo mucho que he pecado y tanto que te he ofendido”. Otro, fusila a quemarropa al lector que se encuentra de frente con el papel en mano. “A las seis de la mañana, Fidencio se fue a orar al Cerro de la Campana, al Señor fue a suplicar. Con su vista fija en el cielo, suplicándole al Señor, que se duela de este pueblo y del campo del color”. Un tercero, desde el suelo sentado apunta con su lente amenazante a Valtierra, quien lee sus últimos párrafos. Antes, Pedro cierra su discurso: “No son pobres los pobres, ni ricos los ricos. Sólo son pobres los que sufren de algún dolor”. Concluye y disparan entre cinco al cuerpo del orador que en al mismo tiempo es abrazado por los presentes, mientras llueven los aplausos.
Leonardo De La Zerda 



Constructores de libros
Apertura de la Feria de Libros de Fotos de Autor 2010 en El Griego

Agrupados o solos, despatarrados en la alfombra o en las sillas, estaban los asistentes de la feria curioseando cada ejemplar. Había para todos los gustos y cada quien elegía las portadas que le llamaran la atención. Tenían como guía los catálogos, donde se encontraba una reseña con los nombres de los libros y sus autores.
Julio Pantoja, director de la Bienal, dio la bienvenida a las curadoras de la muestra Julieta Escardo y Eugenia Rodeyro. Minutos antes ya todos estaban inmersos en un viaje por infinidad libros, fotos, palabras e intervenciones.
Las responsables de la feria, hicieron un repaso por los orígenes de la misma en el Espacio Ecléctico de Buenos Aires. Al mismo tiempo se proyectaban imágenes de los ganadores y menciones del premio FELIFA 2010 (Feria del Libro de Fotos de Autor).
Después de la presentación, la sala del primer piso de la librería El Griego se convirtió en un espacio de buenas energías, donde abundaron el diálogo y las distintas emociones.
En algunos libros se logra tener sentido del tiempo, que emana casi tangible de las fotos. Hay en ellos un universo de remisiones literarias, con poesía y buena prosa.
Las fotografías en todo su esplendor, arraigadas en el soporte de aquellos libros –muchas veces de confección artesanal-, expresaban vínculos afectivos, cotidianeidad, sexo, vida, fantasías, muerte y naturalezas. No faltaron los de contenido político y social: banderas, ideas y furias.
Natacha Garbushian 



Sara Facio, distinguida en 1816
En el marco de la apertura oficial de la Bienal, se distinguió a la fotógrafa Sara Facio por su trayectoria.

“Desde que soy chiquita que todos los meses de Julio dibujo esta casa, por eso me emociona recibir esta distinción justo en este lugar”, expresaba Facio en el patio de la Casa Histórica de la Independencia.
La ceremonia fue antecedida por unos gotones de lluvia amenazantes que se diluyeron con la entrada a escena del grupo de teatro independiente “Los intérpretes”. Ellos fueron los encargados de robarle una sonrisa a Sara, y al resto los invitados. ¿Cómo? recreando una mini-pieza teatral que abordó las vicisitudes previas a la declaración de la independencia. No faltaron los trajes de época, las conversaciones sobre las empanadas de la época colonial, ni la presencia del por aquellos años gobernador de Tucumán, Bernabé Aráoz refiriéndose a la fotógrafa como “la agasajada”.
Al mismo tiempo Patricia Fernández Murga, Directora del museo, presentó la muestra “Eva Perón, Mujer del Bicentenario 1919-1952”. Y se sumaron las palabras de Silvia Temkin, Ministra de educación de la provincia, Julio Pantoja, organizador de la Bienal y Pablo Kunik, gerente del IDEP de Tucumán.
Después le llegó el turno a Sara: “La fotografía documental es la esencia de la fotografía". El viento empezó a soplar fuerte justo antes de la despedida. Entre el público se encontraban numerosos estudiantes de fotografía de la Universidad de Tucumán, un conglomerado de chicos sub-21 que no paraban de pedir fotos abrazados a la homenajeada como si fuese una estrella de rock.
Una vez dispersos los fans, se hizo tiempo para comentarnos: “Yo soy muy patriotera y el hecho de que me den un reconocimiento en este lugar, me hace sentir como un pedacito de historia”. Y agregó: “además, todo en el contexto de la Bienal, que hace foco en la fotografía documental y nos muestra lo que fue. Soy fanática de la historia, así que no puedo estar sino más que encantada con todo”.
Para coronar la tarde – y mientras respondía las preguntas- cruzó ante ella un sopresivo tren-humano conformado por los integrantes del taller del fotógrafo mexicano Mata Rosas. Desvió su atención –y la de todos- esta muestra dinámica en la que los chicos sostenían entre todos una larguísima soga de la cual colgaban sus trabajos finales. Y el tren se fue, por la puerta grande la independencia, siguió unas cuadras hasta la plaza y “Tomó la calle”.
Marianela Feijóo 



La otra mirada, con la guía de Santiago Cavinato
Taller en la Fundación Minka

Son las cinco y media de la tarde del martes 12 de octubre y el taller “La otra mirada” ya dio inicio a la primera de sus jornadas, del total de tres intensos días de aprendizaje.
En una tardecita tucumana calurosa, la Fundación Minka, abrió sus puertas para recibir al profe Santiago Cavinato, el encargado de impartir conocimiento a sus casi 17 alumnos. Se trata de un grupo de chicas y chicos con capacidades diferentes, oriundos de la capital tucumana, del interior de la provincia, e incluso de provincias vecinas como Santiago del Estero y Jujuy.
Más que puntuales, Caro y Belén fueron las primeras en llegar, incluso antes de la hora señalada. Minutitos después, uno tras otro, comenzaron a llegar el resto. Al principio todos estaban callados, pues hasta el profe Santiago confesó sus nervios al enfrentarse a un grupo desconocido. Pero, ateniente a su tarea, hizo frente a la muchachada y comenzó con la enseñanza. Además, Santiago tenía súper claro a que vino a Tucumán: no a ponerse el traje serio de “instructor” de fotografía, sino más bien a transformarse en instrumento de comunicación, mediante el cual volcar a los chicos toda la formación posible. Como si él mismo fuera el puntapié inicial de toda la experiencia, para luego dejar que los muchachos vuelen solos, con las alas del conocimiento fotográfico ya desplegadas.
Pues bien, manos a la obra se ha dicho, y arrancó nomás la clase. A modo de apertura, se lanzó una pregunta clave a la sala: “¿Quién puede decirme para que sirve una fotografía?” Lo que dio pie a una singular, pero a la vez tan verdadera respuesta: “Para ver”, contestó uno de los chicos. Claro que sí, pues como el nombre del taller lo indica, estos jóvenes van a expresar “la otra mirada” de las cosas, mediante su propia subjetividad.
A modo de incentivo, Sebastián mostró fotografías realizadas por otros chicos en experiencias anteriores. Así dio paso a la práctica, permitiéndoles uno por uno elegir y seleccionar que fotografiar, para luego escuchar el “click” de la foto final. Algunos eligieron el patio, otros hicieron foco en objetos, y hasta incluso hubo quien posara cual modelo para sus compañeros.
Pero de repente, como no todo es estudio en la vida, era hora de que el grupo hiciera su acostumbrado recreo, pues sus pancitas comunicaban tener hambre, aunque en realidad eran ganas más de charlar que otra cosa. Mientras tanto, algún que otro pícaro se animó a sacar su cámara personal y realizar su propia sesión fotográfica, donde todos y todas resultaron modelos de la ocasión.
Por el momento los participantes parecen dispersos, pero eso al profe no lo asusta. Pues tiene confianza ciega en ellos y en sus capacidades, al confesar: “A mi no me preocupa nada, yo se que al final van a ser capaces de hacer sus fotos”.
Todo culminará con la exposición final -el sábado 16- , donde no sólo se expondrán los trabajos fotográficos realizados, sino también lo que la experiencia significó para quienes fueron protagonistas de esa expresión de la otra mirada.
Debora Decima 



¿ [x] ?
Inauguración de [x] del fotógrafo tucumano Agustín Indri

[x] es un símbolo del hardcore, algo que en su momento fue un distintivo casi escondido y que pasó a ser parte de reconocerse en una cultura. Agustín se reconoce como parte de esa movida, en donde el público es a la vez protagonista, organiza eventos, conoce a lo músicos y marca que la misma (usualmente encasillada como "under") tiene poco espacio de difusión en la provincia.
En una muestra en dos largos paneles negros, podemos ver movimiento, potencia y pasión en fotos en blanco y negro, fruto de un trabajo de varios años en que el fotógrafo se propuso realatar ese mundo. Allí presenta la simbiosis entre la música y los espectadores. “Cuando trabajo con las bandas de hardcore, durante sus ensayos, recitales y post recitales, yo también estoy siendo fotografiado. Estoy ahí dentro, existe algo que me une a las imágenes, comparto actividades con ellos, estoy dentro de su marco”. Las fotos estan en un collage que va moviéndose, por fuera de la formalidad y la forma tradicional de mostrarlas.
Indri dice que sus producciones son “en la cara, o directo al grano”, y su trabajo se trata de eso, piensa que las cosas hay que hacerlas sin premeditar tanto. “Fotografiar es mi espacio, mi lugar de libertad. Es algo que no lo puedo obviar. Cerrarle los ojos a esto, me convertiría en un mezquino conmigo mismo”. La muestra fue inaugurada en el restaurante Lisandro (25 de Mayo 453) y quedará abierta hasta el 12 de noviembre.
Santiago Camuña y Luisina Soria Arancibia 



Tomar la calle, de la mano de Francisco Mata Rosas
"El punto de vista del fotógrafo es lo que vale"

“Lo que voy a fotografiar puede que ya este fotografiado por otros, pero lo que hace distinto y valorable mi trabajo es mí punto de vista de ese hecho”, nos dice en un aula abarrotada de gente en la calurosa mañana tucumana. Para Francisco Mata Rosas, la importancia de la fotografía radica en como se la realiza. En la narración fotográfica que quiero contar, y para que, son algunas de las preguntas que ayudan a realizar fotografía desde un punto de vista diferente.
El lunes 11 de octubre dio inicio al taller dictado por el reconocido fotógrafo en la Fundación Infoto. El nombre elegido para este trabajo es “tomar la calle”, y trata sobre los distintitos modos de realizar fotografía con los mismos elementos. “A los fotógrafos se les da el mismo escenario, contexto y elemento”, nos explica Mata Rosas, y sigue: “entonces cualquiera diría que las fotografías van a ser las mismas, pero no, porque lo que cambia es como las hace quien las realiza. El punto de vista del fotógrafo es lo que vale”. En este taller los participantes tienen la misma calle e idénticas personas que transitan por el lugar elegido.
Mata Rosas hizo incapié en el cambio de la manera de ver la fotografía en los últimos años. La concepción de la misma y sus diferencias entre documental, artística y periodística. Diferencia que -para el coordinador de este taller-, no son tan importantes como el contenido fotográfico. Se habló sobre la importancia de la técnica, del uso de la fotografía digital o analógica, concluyendo que, en palabras de Francisco, “esta chido saber de técnica o de planos, pero lo que mas me gusta de la fotografía es el contenido, que quise decir yo con mi foto”. Se discutió a cerca del nuevo rol que cumplen los fotógrafos en esta sociedad hiperinformada que tiene como eje central internet y su manera inmediata de comunicar.
Se abordaron los conceptos de objetividad, construcción, montaje y edición, además de los distintos usos que tiene la fotografía tanto social como artística “en los últimos años los fotógrafos ya no nos preocupamos por destacar que la fotografía es arte, la fotografía en si misma no es nada, lo que le da sentido es la subjetividad”, comenta el mexicano. Con respecto a su función social cree que es uno de los tantos usos que tiene la fotografía, pero que no es el más importante, ya que con ella se puede denunciar, liberar o reprimir, todo depende de quien la use y para que la use.
Cristian Mamaní  Foto 1   FotoRevista no asume ninguna responsabilidad por el contenido esta nota,
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