Contacto personal
Cuando el Flaco entra al bar el Loco ya está instalado en la mesita de la ventana y una sonrisa lo ilumina al reconocerlo. Grande Loco no me digas que estás haciendo fotos… Es que llegué temprano y quise probar el wide de 18, me lo acaban de entregar y no me aguanté. Bueno por fin nos vemos, tanto intercambiar en la web que hacía falta el cara a cara. Seguro Flaco, veo que vos también andás con el equipo. ¿Es una D90? Sipi. Aproveché la hora de luz fuerte para ver como resuelvo un problema de balance de blancos.
El mozo los mira con cara de otro lugar, hasta que el Flaco confirma otro cortado. Si, la cambié hace dos meses y todavía ando peludeando con los ajustes. No sé si anda bien porque en ocho no obtengo una profundidad razonable. Che, pero vos tenías un maquinón. Claro, pero no conseguía el grip original para agregarle. Ajá, quedabas condenado a las apaisadas.
Además, el tele de 400 no me daba bola. Hacía lo que quería, el guacho. Lo pagué por bueno, y resultó re-trucho.
Una breve y silenciosa ceremonia para revolver el azúcar y sigue el intercambio. Che ya que estamos, hablemos un poco del RAW. Vos lo trabajás? A veces, para separar mejor los tonos. Y vos? Te confieso que no, no entiendo un carajo el asunto y cuando me animo pierdo la mañana tratando de ver lo que saqué. Necesito un par de tutoriales…
Yo te paso unos links por mail. Vas a ver que hacés mejores fotos. Dale, pasámelos. Che, y el fotoshop? Para lo imprescindible nomás. Yo creo en la captura correcta. Si, pero hay efectos que están sólo en la PC. Ahí es donde me manejo con comodidad. Me compré unos DVDs que traen todos los plugins, y no te imaginás lo que se puede hacer.
El Flaco no parece creerle demasiado. Fijate esa viejita en la vereda de enfrente. Dale, la foteamos los dos; vos la arreglás después con el fotoshop, y comparamos. Ahí es donde ambos sacan sus tremendos aparatos y apuntan para inmortalizar a la viejita.
Luego no se hablan, ambos examinan en sus respectivos visores lo que han capturado. Yo tiré ráfaga, subraya el Loco. Ah, interesante. Se intercambian las cámaras, y cada uno mira el trabajo del otro. El Flaco acota que la de su compañero tiene baja la batería, lo que obliga al Loco a revolver su bolso en busca del muletto. Para que no pareciese una crítica, el Flaco señala que el indicador de carga es más visible que el de su cámara; de paso le pregunta por tres o cuatro símbolos raros mostrados en la pantalla. Ambos miran la hora, también en la cámara, para darse cuenta que tienen que cortarla. Mientras esperan el vuelto del mozo, acuerdan en forma conjunta que nada puede reemplazar el contacto personal, todo lo demás está muy bien, pero la verdadera comunicación es cara a cara.
Se van, cada uno por su lado.
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