EL CERRO MAS ALTO
Ante todo una confesión: soy bostero. Muy bostero… pero, como mi infancia y adolescencia transcurrieron en Avenida La Plata y Rosario, tengo una especial sensibilidad por los cuervos, (a tal punto de haber soñado toda mi vida con ser abogado).Aclarada esta cuestión, paso a relatar un hecho de lo más sospechoso, que si por algún motivo alguien pudiera confirmar, sería un acto de pura justicia.
Todos conocemos, creo, la historia del padre salesiano Lorenzo Mazza del colegio San Antonio (en Treinta y Tres y México) en el barrio de Almagro. El cura quedó muy impresionado cuando un tranvía atropelló a un chico que jugaba a la pelota en la calle.
A raiz de este accidente y después de una módica concesión los chicos pudieron seguir jugando en el patio del colegio. Esta situación desembocó en la fundación del club San Lorenzo de Almagro.
El padre solo aceptó el nombre pensando que era un homenaje a la memoria del general San Martín y el combate de San Lorenzo. Todos le dijeron que sí que era así y que se quedara tranquilo.
De aquí viene el impresionante vínculo existente entre la congregación Salesiana y el club. No logro entender todavía cómo no pintaron de azul y rojo la iglesia de San Carlos, porque los salesianos y los gauchos son indivisibles. Es un cuerpo y un alma.Y perdura al dia de hoy.
Paso a narrar a partir de ahora un hecho que llama poderosamente mi atención:
En algún momento del año 10 del siglo pasado, desembarcaba en Punta Arenas un cura salesiano procedente de Italia. Su nombre, Alberto De Agostini. Su obra en nuestro sur resultó tan importante que al escribir su biografía, Germán Sopeña lo bautizó como “Monseñor Patagonia”. El Padre De Agostini visitaba cada tanto BsAs , y en esas ocasiones se alojaba en los edificios de la congregación Salesiana en Almagro .
Siguiendo con mi relato, este cura era del Piemonte y como buen piamontés , montañista y de los pesados. Durante treinta años se dedicó a conquistar casi todas las cimas que se propuso en la Patagonia andina sur, y a medida que lo hacía, los cerros que nadie sabía llamar adquirían la identidad que otorgan los nombres… nombres casi siempre vinculados a la historia de los discípulos de Don Bosco.
Lo realmente interesante ocurrió en 1943: En el centro norte de la provincia de Santa Cruz, sobre lo que hoy conocemos como el PN Perito Moreno en el límite con Chile, se alza el cerro más alto de la Patagonia Sur, cuya cima se mantuvo inexpugnable hasta el momento en que nuestro querido personaje organizó una expedición y en menos de lo que canta un gallo, el cura ya estaba en lo más alto. Por supuesto… la conquista le otorgaba el derecho a nombrar al gigante. El cura se tomó un momento para pensar. Pensó …pensó… y al final decidió un nombre: Cerro San Lorenzo.
No sé que les parece a ustedes, pero en lo que a mí respecta, puedo decir que estoy convencido de algo: Cuando DeAgostini eligió ese nombre, no estaba pensando en el pobre santo muerto en la parrilla como tampoco en el histórico combate de José de San Martín. Apostaría hasta el poncho que me legó el viejo Emilio y redoblaría mi apuesta a favor de una teoría alternativa: De Agostini había decidido hacer justicia! El Padre Mazza y el club que hacía vibrar su corazón de hincha en cada oportunidad que el barrio de Almagro lo cobijaba, merecían el honor de un homenaje con altura... Y díganme amigos si no lo es? Nada más ni nada menos que el cerro más alto y majestuoso de la Patagonia sur, lleva el nombre del club de los valientes gauchos de Boedo.
A todos los cuervos de ley, en especial a mis amigos Alberto Artusa, Horacio Iannella, y a mi tio Félix(RIP) les mando un gran abrazo y celebro que la divisa azulgrana flamee en lo más alto de la Patagonia... porque al norte del Rio Negro la historia es de otros colores: los nuestros!.
FotoRevista no asume ninguna responsabilidad por el contenido esta nota,