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Publicado: 06-03-2014
1285 visitasPor: Enrique M. Picchio ( Pem )
Bernal, Buenos Aires, Argentina
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Genoveba
La vieja puerta de hierro, medio pintada de verde, medio oxidada estaba cerrada, el candado, herrumbrado también, decía del mucho tiempo que no se lo tocaba, los inmensos pilares que la sostenían, mostraban el paso del tiempo al no tener ya parte de su revoque, dejando a la vista los ladrillos con que estaban construidos.
Parado frente a esa puerta me transporte, inconscientemente, a aquellos días de la infancia y de la casi adolescencia; Genoveba salía de la vieja casona y parada en el umbral miraba hacia ambos lados y me buscaba, cuando yo, jugando con el triciclo la veía, me dirigía a donde estaba ella en busca de su afecto, su cariño, siempre tenía una palabra de ternura para mí; el sobrenombre que me había puesto, me sonaba como una campanada de amor cada vez que lo escuchaba: “changuito vení”.
De la reja a la casa había un inmenso jardín plagado de hermosas flores y rosales de los cuales siempre me pedía que me cuidara porque pinchaban, yo solía jugar con el triciclo en los caminitos de entre los canteros, canteros que hoy ya no están, el pasto y la maleza lo han cubierto todo, como a mí.
Cuando Genoveba se enfermó, le prometí que iba a estudiar para ser médico y así poder curarla, yo no soy médico.
Siempre me defendía con mi madre cuando esta me retaba por el colegio, me hacía prometer que no lo iba a hacer más, pero lo hacía, no copiaba la tarea.
Genoveba siempre me decia: "vas a tener que cuidar a tu madre cuando sea vieja" y yo la cuidé. Recordé que un buen día, o quizás una noche, o una mañana o no se cuando ella se fue con Mecha, su sobrina, y no la vi nunca más, me quedé sin escuchar a mi madre: "te quedás con Genoveba, portate bien", " la leche te la va a dar Genoveba, ya vuelvo"...
¿Se habrá oxidado también Genoveba como esta puerta o me estaré oxidado ahora yo? Pensé.
Reaccioné frente al umbral de mármol blanco muy gastado, sólo esta caminata a la que me obliga el doctor, después de aquel infarto y ¿mi mente?, me trajo hasta aquí, ya no está Genoveba y la que era su casa es una ruina total, como yo, pensé.
Agaché la cabeza y creyendo caminar por la vereda de ladrillos de antaño junto a la zanja y a la calle de tierra cubierta por carbonilla, llegué a la esquina, me paré, me di vuelta y la vi a Genoveba en el umbral de la casa hacerme señas y llamarme:
“Changuito, vení a tomar la leche”.
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Dejar Comentario Responder23/06/14 12:58:06
muy sentido el tema ,algo intimo que deja secuelas en los corazones y nunca se olvidan cuando esas secuelas son de amor...y esa mujer fue importante para tu mente de niño..y nunca dejaras de verla a tu lado en momentos donde nesesites un alma que te acompañe en tu soledad ..beso
Lidia Gonzalez Responder22/06/14 19:49:03
Te respondo con la verdad Enrique, es muuy duro tu cuento, es de una realidad que te atraganta y te sacude, porque no puedo evitar vivir el momento. Cuando arrastramos largos años y muchas historias de vida, recordarlas a veces nos dibuja una gran sonrisa, y otras nos arruga el corazón. Hoy se me dió por buscar en lugares no muy frecuentados, y aquí encontré tu emocionante escrito... sorpresas te da la vida - Abrazos Gordos
Juan Mauro Blanco Responder14/03/14 15:12:51
Mientras leía tu cuento, iba recordando que yo también tuve a Genoveva, cuántas nostalgias se me reactivaron, y que lindo que fué..!Besos Enrique
Mercedes. Sciancalepore Responder14/03/14 00:27:23
el recordar y revivir esos momentos unicos son la muestra viva de que hay algo mas alla de un alma,para aquellos que la tienen...en tu caso una gran alma que te permite plasmar semejante relato en tan bellas palabras,mi afectuoso abrazos mi estimado amigo,elfs was here
Miguel Fernandez Medina ( Elfs ) Responder12/03/14 00:33:18
Es hermoso poder conservar en el fondo del alma esas sensaciones que nunca se fueron de nosotros porque nuestros sentimientos las tatuaron a fuego. Hoy, cuando pasaron los años volvemos a ver a Genoveba (o como se llame), intacta, sin que el tiempo la haya afectado y volvemos a sonreirle. / Precioso relato amigo mío, enternecedor, lleno de amor, de sensibilidad - Un abrazo.
Teresa Ternavasio 12/03/14 19:20:10
Es así, así como lo decís y con la claridad que lo decís, gracias pasar y comentar TERE, un beso.
Enrique M. Picchio ( Pem ) Responder06/03/14 16:02:19
no hablare de mi emocion,la imaginaras.por momentos me pasa recordar o creer vivir nuevamente estados parecidos. muy buen relato, no dejes de seguir escribiendo.lo haces tan bien o mas que las imagenes.gracias
Beatriz Di Marzio 08/03/14 00:58:51
Como me hubiera gustado poder hacerlo Joana... pero la vida te lleva y te trae mas por donde quiere ella que por donde quiere uno, gracias , me emocionó ese #no dejéis de ser `changuito`... Beso.
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