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Publicado: 07-08-2010
3961 visitasPor: Ricardo Palmadessa
argentina/buenos aires
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Koudelka en Buenos Aires
Del 5 de agosto al 2 de octubre de 2010.
Fundación OSDE. Suipacha 658 – 1º piso. Buenos Aires
“Testimonio de una gran desilusión” podría titularse esta crónica sobre la impactante muestra Invasión 68 Praga de Josef Koudelka, que acaba de inaugurarse en la Fundación OSDE, en el marco de los XVI Encuentros Abiertos-Festival de la Luz.
Con la presencia del autor en la inauguración, y luego de su brevísimo discurso, propio de quien ha demostrado decir más con imágenes que con palabras, pudimos hacer un recorrido por este crudo relato de una invasión tal vez inevitable.
En el mismo año que el Mayo Francés, este agosto checoslovaco, mostró los límites del llamado socialismo real. La Primavera de Praga, la intención del gobernante PC Checo de implementar una versión libre de socialismo provocó, así como había ocurrido en Hungría en 1956, la respuesta soviética: tropas blindadas de los países del Pacto de Varsovia, soldados y tanques rusos, polacos, húngaros, búlgaros, invadieron las fronteras, entrando a la capital del país, para encauzar a la oveja descarriada de Europa Oriental.
El cuidado montaje de la muestra, comienza con el contundente contexto: partes periodísticos, declaraciones del Partido Comunista Checo y la versión soviética, por la agencia TASS, nos llevan a la realidad de los hechos; una recopilación de graffitis, en fotocopias pegadas sobre la pared, nos muestra la expresión gráfica espontánea del sentimiento popular.
A continuación las primeras imágenes del desconcierto de la gente ante una situación impensada: soldados de países hermanos, camaradas, tratándolos como enemigos. Una mujer en primer plano llora desconsolada, un hombre de rodillas suplica ante un tanque, dos mujeres con un niño en la calle mirando sin comprender, un grupo de gente en pleno día laboral, sorprendidos y expectantes. A medida que se suceden las fotos, vemos a la gente que, saliendo del estupor inicial, empieza a accionar: grupos que rodean un tanque, lo frenan, otro grupo corre detrás de un blindado, gente hablando con los soldados (un hombre rubio cara a cara con uno de ellos, intentando con vehemencia convencerlo de lo imposible).
La acción se intensifica: svásticas pintadas sobre los blindados, un tanque quemado, otro tomado por la gente, palos entre las ruedas de otro, vanos intentos de detener la invasión. (Impresiona y emociona la foto de un hombre, de espaldas, con su maletín en la mano izquierda y un ladrillo en la derecha, a punto de arrojarlo, lleno de pura impotencia, sobre un tanque)
Las tomas son absolutamente subjetivas: Koudelka está dentro de la acción:
vemos a un soldado increpado por el fotógrafo, quien parece estar preguntándole ¡¿qué hacen?!; dos fotos desde arriba de un tanque tomado por la gente (una hacia el frente con el largo cañón como eje simétrico, y otra hacia atrás con la gente siguiéndolo, en gesto triunfante) demuestran que el autor estaba en plena lucha, empuñando su cámara.
“…el gran Ejército Rojo invadió mi país, todos estuvimos en contra de ellos…Todos eran checoslovacos. Nada más importaba. Sucedían milagros. La gente se comportaba como nunca antes; todos eran respetuosos y amables con los demás. Sentí que todo lo que podría pasar en mi vida, estaba pasando en esos siete días. Era una situación excepcional que reveló algo excepcional de cada uno de nosotros.” (fragmento de una entrevista a JK, por Melisa Harris, Apertura 192, 2008)
Esos milagros, esas situaciones excepcionales, ese comportamiento de la gente, es lo que se ve en las fotografías: la pasividad y la perplejidad inicial, la resistencia, la acción, el festejo de las pequeñas victorias, el llanto y la tristeza de la derrota. Muchas caras miran a cámara: el fotógrafo es uno más.
Llegando a la última parte, el desolador final: un hombre viejo nos mira con resignación desde el centro de la foto, con casas bombardeadas a su espalda; múltiples escenas de la batalla en las calles, y de los restos de autos y tanques quemados; un funeral en dos fotos (de la fugaz primavera, quizás); y la hora del final: primer plano del reloj en la muñeca de Koudelka, sobre el fondo de una avenida desolada, desierta.
Este gran relato de los hechos sucedidos en Praga durante siete días de agosto del ’68, está compuesto de poderosas imágenes, logradas por un artista en medio de la acción. A veces la urgencia le gana a la composición, otras la visión estética se impone, y en muchas otras de estas fotos Koudelka logra un contundente equilibrio entre forma y contenido, quizás la mayor aspiración de un reportero gráfico.
Invasión 68 Praga de Josef Koudelka, imperdible para los amantes de la fotografía, resulta la demostración del contundente poder de la imagen para contar la realidad en un rectángulo. Fotografías que muchas veces se recortan, se retocan, se borran, se censuran para que no muestren lo que no conviene ser mostrado, pero que cuando logran escabullirse, son implacables a la hora de transmitir la realidad tal cual la vivimos, y la sufrimos.
FotoRevista no asume ninguna responsabilidad por el contenido esta nota,
siendo su autor el único responsable de la misma. Comentarios recibidos (5)
- 26/08/10 16:16:22
Excelente relato!! tuve la suerte de visitar la muestra y me parecio una gran muestra.
Pablo Dario / IP: 201.251.161.251 - 19/08/10 01:50:21
Impecable nota, Ricardo. Recordé la desilusion y pena causada en el joven estudiante de aquellos años ante esta situación. Iré a ver la muestra.
/ Gracias
/ Un abrazo
/ Jorge
Jorge Semilla / web / IP: 186.137.63.77 - 12/08/10 17:41:54
Una crónica perfecta de una muestra de fotografías. Gracias Richar querido por acercarnos a los que estamos lejos, un poquito de esa maravilla que pudieron ver en capital. Ojala algún día se puedan ver esas muestras en el interior del país. Un abrazo!!!
Carmen Nievas / web / IP: 190.178.203.118 - 11/08/10 23:30:01
Como lamento a veces la distancia !! excelente relato Ricardo, me metiste en la muestra. Voy a hacer lo imposible para visitar alguna. UN BESO GRANDE
Vane Dosio / web / IP: 186.122.11.16 - 08/08/10 08:12:41
Ojalá tomemos conciencia del tesoro que significa apreciar esta obra monumental.Son situaciones que se dan por única vez en la vida y hay que aprovecharlas.Es una muestra fantástica.
emilio j. delgado / web / IP: 186.56.138.4
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