FotoRevista-->Notas y Noticias de Fotografía-->Cuentos, Anecdotas, Letras y Leyendas 

Lo que vemos, lo que nos mira ó el deseo y sus imágenes.

Publicado: 30-01-2010
2871 visitas

Por: Mario Guzmán Cerdio

México/Arg
http://www.flickr.com/photos/marioguzman/?saved=1
Imprimir esta página   Volver
 
  Tweet 


  Lo que sigue es una pequeña historia, pequeña como los pequeños que se encierran en sí mismos, sólo para descubrirse bomberos o terrícolas desterrados en un mantel a cuadros del desayuno antes del alba.

 

  Todo empieza con Huberman que sale a caminar o que entra a pasearse en un algo que aun no ha visto pero que desea. Su afán es el de sentir, de ya, después de su wisky y su té de las cinco, el musgo rugoso y aterciopelado que crece entre el par de árboles junto a los que se acomoda siempre después de su wisky y su té de las cinco.

Así comienza esto que ya empezó hace rato para él, pero que para nosotros quizás nunca llegue, eso a menos que seamos…

 

  Humberman que dejó de temerle a los ritmos repetitivos de sus pasos y a los ecos que estos generen, ha sentido ya el musgo, como nubes que empujan su mano rugosa, su mano de árbol con dos anillos, uno por cada árbol. Y hoy, que tomó un poquito más té que siempre, decide ir en busca de algún abeto solitario para hacerle compañía.

 

  Es probable que Huberman en este momento sienta que ha transitado de más y que no esta llegando a ningún lado, pero es ahí en esa desesperación, en ese deseo de alcanzar, que alcanza, no un abeto sino un vació donde mete el pie que le chorrea de un sonido crujiente, de un sonido chapuzón que le enfría el mate de las seis. Ésta vez se sienta y se detiene a averiguar que es lo que le sucede. Se acerca al vacío y lo toca la idea ciega, como él, de que esta frente a una laguna, frente a frente quizás de un gran mito. Ciego como es, resbala tibiamente los dedos por sobre la superficie: si uno puede meter los cinco dedos a través, es una reja, sino una puerta, se dice seguro. Pero del espejo gigante grazna un algo que le impide hacerlo. Un pato graznó y un pato nadó, se dice cuando a uno le asusta esta idea macabra de que no está solo y se la quiere hacer volar lejos. Pero era ya demasiado tarde (las siete y media quizás) e inclinado sobre la laguna con los ojos abiertos, no ve nada, o más bien él mismo ve desde abajo viendo nada. Huberman se sobresalta sin espacio, y recuerda el viejo dicho: el ciego no se ve, salvo en el espejo, que lo ve a él.

 

  Es en este punto donde la historia-narración de Evgen se va perdiendo para dar paso a su memoria, en donde recuerda (o imagina) que una persona en una habitación oscura necesita de la luz y la busca con desesperación, que los ciegos suspiran por la luz como un niño en un tren mientras viaja por un túnel. Que su deseo por el musgo, por los abetos y por los gatos se relaciona con la memoria, así como con el mismo deseo de imágenes. Que las imágenes que obtiene de este sentido (léase vista, oído, cabeza contra la pared) se pierden en el tiempo y solo esta actividad defectuosa, aneblinada y borrosa de la rememoración las trae y las pone a interactuar entre sí con la misma facilidad con que un ave se pone un sombrero.

  Huberman que ahora se ha puesto a pensar y a dejado de percibir, concluye que desea lo que imagina, que lo que imagina son imágenes que desea, que necesitaría de una aparato (no sabe si exista) donde una huella física corresponda eficientemente a aquello de lo cual tiene una necesidad permanente, él y todos los hombres, es decir, esta necesidad de un espejo interiorizado que refleje un mundo externo inaccesible, siempre dispuesto a pasar a través de las manos, como las rejas. Especulum mundi dice para ese afuera, que es un adentro en dialéctica permanente, o al menos lo es idealmente. Con modestia es un ideal, pues cuando imagina lo hace de su propia manera. Cree prever o vislumbrar una esfera donde el hombre tenga un instinto icónico que se convierta en la anticipación de la memoria, un instinto que desee apropiarse para sí del esplendor del mundo, su luz y sus tinieblas. Teme sin embargo, que estos nuevos inconistas de tanto mirar hagan que los objetos se tornen invisibles, que el mundo se vuelva ciego, que haya imágenes de más, imágenes donde no se ve nada. Desecha acelerado estos pensamientos postmortem, lo consuela recordar el hecho de que cosa una es ser el pato por las plumas, cosa otra ser las plumas desde el pato.  

 

  Maquina lentamente, el funcionamiento precario y mágico de ese aparato que le permitiría al hombre asir y romper la temporalidad, es decir imitar el proceso de su nebulosa cabeza; doblar y desdoblar trozos enteros de universo que se estanquen quietos y sin miedo entre sus manos, objetos que dejen de ser rejas y pasen a ser bisagras, entradas mínimas y majestuosas, donde mas fácil pasan los camellos que las agujas. Donde esa luz y esas tinieblas puedan encontrar abetos de anillos interminables como aquellos donde él mismo encuentra descanso. Reflexiona, que antes de aquel aparato, antes de cualquier caja de engranes, espejos, vidrios, cadenas, cortinas, pentagramas; es necesario cerrar los ojos para ver que hay un vacío que se abre y nos mira, que nos concierne y nos constituye, que la mirada es invisible.

 

Maquina todo aquello, pero ríe, pues nada de eso puede ser posible.

 

  Huberman permaneció en silencio un momento, pues la laguna hacía lo mismo. Poco después regresó a su casa, regresó, porque regresar tranquiliza.

 

 Foto 1   FotoRevista no asume ninguna responsabilidad por el contenido esta nota,
siendo su autor el único responsable de la misma.
  

Comentarios recibidos (0)

 Los comentarios están cerrados para esta nota.   
También te puede interesar
 
Fotografía de Teatro
 25/02/2013  Tecnica

Fotografía de Teatro

por Michel Marcu
Falta compartida
 Exposiciones
Cierra: 20/12/24

Falta compartida

por Colectiva
 
  El límite de la fotografía es nuestro propio límite
Home   Favoritos   Atrás   Arriba
 
Quienes somos     Contacto     Reglas de Participación   Las fotografías expuestas en este sitio pertenenecen a sus respectivos autores y no pueden ser reproducidas sin autorización de los mismos.  
  
Concursos Patrocinados de FotoRevista:
Desde 2014 transmitimos nuestros juzgamientos en vivo:
  84° Concurso Mensual FotoRevista   85° Concurso Mensual FotoRevista