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No lo sé

Publicado: 10-07-2014
1253 visitas

Por: Teresa Ternavasio

Córdoba - Republica Argentina
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No lo sé

           Hace catorce años que pasa los veranos,  con su familia, en la casa del bosque. El lugar les pertenece y el hecho de que el sitio sea reflejo fiel de las cosas naturales, lo convierte en el ideal de los sueños de cualquier chico.  Todos los personajes de las fantasías encajan allí. Él es el héroe de las aventuras, el amigo de las ardillas, los pájaros, los sapos, las mariposas y todo bicho que quepa en el habitáculo. Conoce cada piedra de los supuestos abismos. Cada rama de cualquier fronda. Es el dueño. Todo le concierne por derecho ganado.
          Despierta malhumorado, no ha tenido una noche tranquila. Ruidos extraños.  El ladrido nervioso de los perros, el chirrido agudo de alguna lechuza.  Hasta el viento conspiró, agitando la vegetación.  El otoño está próximo y por ende el regreso  a la ciudad. Sus padres –ambos abogados- retomarán sus obligaciones, solo los abuelos seguirán en la casa. Él volverá al colegio.
          Por tres noches consecutivas lo altera el mismo desorden. Está decidido. Cuando el silencio denuncie que todos los habitantes están entregados al descanso, saldrá a investigar porque esto no es normal, algo pasa.
           En la oscuridad los desniveles del terreno no son un problema. Allí no hay nada que le resulte extraño. Después de andar una hora aproximadamente,  ya está en el bosque. Apunta con la linterna todos los recovecos, pero de no ser el desliz apresurado  de uno u otro animal, todo está en orden.
De pronto unos reflejos naranjas se confunden con los amarillentos de su aparato. Lo apaga. Ahora sus ojos vislumbran con mayor claridad  ¡Es una fogata!  La sorpresa lo detiene. ¡Caramba!, hay gente en derredor, parecen mujeres, mejor se va.  Entonces emprende el regreso con pasos presurosos.
           No hará ningún comentario a la familia acerca de lo que ha visto. Seguramente no le creerán. Además tiene edad suficiente para resolver solo lo que se presente. Piensa volver pero llega la noche y no lo hace. No es por miedo sino que las cosas deben ser bien pensadas antes de ejecutarlas. Irá e increpará a  los usurpadores. No tienen derecho.
            Se arrima despacio. Observa. Son cinco mujeres viejas, vestidas de manera extraña,  rodeando a un individuo que parece dirigirlas. Tiene el pelo largo. Es alto y muy delgado, con acentuada curvatura en la espalda.  Lo cubre  una bata arremangada con un cinto de metal. De su cuello pende  un medallón. Un humo espeso sale de una olla colocada sobre los leños que arden rojizos, pasando por el azul y el naranja. El contenido huele mal, según su olfato. Es una mezcla de elementos putrefactos y azufre. Le descompone el estómago y vomita, tosiendo con fuerza. Esto hace que lo descubran.
Es el hombre quien viene hacia él. Se paraliza y ya no puede razonar.
Atontado, abre los ojos.
Con un esfuerzo se recompone.
     ---¿Qué hacías?
     ---Nada
     ---Espiabas
     ---No. Escuché ruido  y vine a ver de qué se trataba.   ---Una de las mujeres le toma la mano. Está helada
     ---Son muertos   ---piensa.
     ---¿Qué haremos con él  ---con voz pastosa, pregunta la que viste de negro.
     ---Ya lo sabes   ---contesta el individuo
     ---¿Reemplazará las gallinas?
     ---Si. No puede esperar, por tratarse de un mortal.
           Un cortejo aparece de inmediato  entre la vegetación. Camina lento.
La cabeza gacha hundida entre hombros huesudos. El pelo ralo en la frente, como maleza salvaje cayendo sobre la espalda. Visten túnicas manchadas de barro. Parecen cadáveres salidos de tumbas en el suelo. Forman una medialuna  tal  si fueran un jurado. El  hombre asiente con la cabeza y allí se quedan.
          No entiende nada. Alguna vez tuvo miedo, pero nunca terror. Ahora sabe que es un estado  que anula el  cerebro. No puede pensar, moverse, ni siquiera hablar. Es menos que un objeto.
Al cabo, con una lengua de dos puntas, entre las que se escapa una baba viscosa, el individuo pregunta:
     ---¿Sabes quien soy?
     ---No
     ---El demonio, el diablo, Satanás, llámame como quieras, pero siempre, el rey de los infiernos.
Quiere morirse.
      ---Venimos de un sub mundo   ---prosigue---  a efectuar ceremonias de hechicerías. Nada te hubiera ocurrido si no nos hubieras interrumpido, pero eso es muy grave. Te involucra y ahora  debes entregar la vida para adherirte a nosotros y ser parte de nuestro grupo.
     ---¡Nooo…Dios.  ---grita al tiempo que eleva la mirada.
Fue suficiente.
Se desata una tormenta atroz. Los cielos en un segundo son una mezcla de fuego y agua. El viento expande  furia hacia los cuatro puntos cardinales.
Todos los árboles bailan la misma danza. Un relámpago ilumina la espesura del  bosque y después nada más.
         Tendido en el pasto, la luz del sol del día siguiente,  le pega de lleno en la cara. ¿Qué ha pasado?
        No lo sabe.


Teresa Ternavasio

 

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Comentarios (3)

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Maria Isabel Hempe
ResponderMaria Isabel Hempe11/07/14  20:26:04
Teresa, me encantó el suspenso que le imprimiste a este cuento, y el final más hermoso no podía ser..., el BIEN triunfando, gracias a Dios!! Te felicito amiga y espero con ansias el próximo!! Besos y abrazos!!
Sol Suave Maria Isabel Hempe
 
Teresa Ternavasio
Teresa Ternavasio12/07/14  01:34:29
¡¡Me llena de felicidad amiga que te gusten los cuentos porque sé que sos sincera en tus comentarios. so me da mucho aliento para seguir en este camino de la escritura, que te aseguro que no es fácil!!. Te dicho MUCHISIMAS GRACIAS con todo mi corazón y será hasta pronto. Te voy a mandar un link de un trabajo que me publicaron en otro lado. es un homenaje. después me decís si te gusta - te mando un abrazo
Sol Suave Teresa Ternavasio
 
 
 
Luisamaria Amador
ResponderLuisamaria Amador11/07/14  11:32:31
Cuando algo teerible nos sucede las primer palabra que nos viene a los labios es ...Dios .......y de esa manera atenuamos nuestras penas .....gracias por recordarnoslo. / Bien resuelto el relato / Felicitaciones amiga ..
Sol Suave Luisamaria Amador
 
Teresa Ternavasio
Teresa Ternavasio11/07/14  19:28:42
Hola querida Luisa: Agradezco profundamente hayas dispuesto de tiempo para leer mi cuento y mucho más para comentarlo. También me pone contenta que me felicites y todo esto es muy gratificante para el escritor que ponemos el alma en todo lo que hacemos /supongo que como en cualquier expresión artística) Vos también escribis(y lo hacés MUY BIEN), de manera que sabes de lo que te hablo - Te mand un gran abrazo y una carita
Sol Suave Teresa Ternavasio
 
 
 
Beatriz Di Marzio
ResponderBeatriz Di Marzio10/07/14  16:30:04
la ilustracion asusta,mantiene el suspenso del interesante relato, muy bien resuelto.gracias por mantener el interes de y porla lectura.saludos
Sol Suave Beatriz Di Marzio
 
Teresa Ternavasio
Teresa Ternavasio11/07/14  19:22:04
Querida Beatriz: Siempre me das el beneficio de leer mis relatos y mucho más comentarlos. Realmente LO AGRADEZCO CON TODO MI CORAZÓN - te mando un abrazo y una carita
Sol Suave Teresa Ternavasio
 
 
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