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Vejez asegurada

Publicado: 30-10-2013
710 visitas

Por: Enrique M. Picchio ( Pem )

Bernal, Buenos Aires, Argentina
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 - La culpa la tiene ese viejo pelotudo que no aparece, ¿a vos te parece que siendo el jefe de operaciones no está por ninguna parte y nosotros no podamos trabajar? Se habrá ido a dormir la siesta…

Se lo dijo Oscar Díaz a su socio y amigo Exequiel Echembaun cuando intentaban correr el programa de computación en la Municipalidad de Mendoza que habían preparado con mucho esmero en Buenos Aires y no podían hacerlo funcionar en la máquina por no estar yo, que debía darles la autorización para eso.

Oscar, Exequiel y un grupo de programadores, habían trabajado durante tres meses preparando el programa de altas, bajas y modificaciones del impuesto municipal, no les resultó sencillo, fue algo muy complejo lo que tuvieron que hacer, el trabajo debía contemplar todos los habitantes de Mendoza Capital y al mismo tiempo actualizar el ya existente, por cuanto volcar el viejo programa al nuevo les llevaría muchísimo tiempo y eso era lo que creían no tener, tiempo.

Los minutos transcurrían y yo, el jefe de operaciones no aparecía, la impaciencia y la ansiedad se iba apoderando de ellos, la hora del avión de regreso se les venía encima por lo que, a pesar de mis ordenes, decidieron actuar desconociendo la directiva de que a la máquina no se la podía tocar sin la autorización correspondiente.

Al ingresar en la sala, el operador de turno no se preocupó al verlos en ese lugar, ya los conocía de cuando se hicieron las primera pruebas, esa situación les allanó el camino y casi sin dar explicaciones tomaron posesión de los comandos, colocaron las cintas maestras y pusieron en marcha el programa, el monitor de operaciones les comenzó a mandar mensajes de errores que no conseguían descifrar, las cintas giraban dando la pauta de un funcionamiento normal, el operador ya no estaba en la sala, y al querer salir a buscarlo, se dieron cuenta de que la puerta no se abría.

-  Exequiel - lo escuche decir a Oscar en tono alarmante a su socio Exequiel, - la puerta no se abre -

-  Tranquilo, por favor, quedate muy tranquilo, si nos ponemos nerviosos no vamos a poder solucionar nada - fue la respuesta de Exequiel.

La experiencia que tenían en sistemas de cómputos era muy grande como para preocuparse demasiado por lo que estaba ocurriendo y despreocupándose por el tema de la puerta pusieron toda su atención en la computadora.

Según los datos que ellos veían en el monitor seguramente podían comprobar que se estaban haciendo transacciones entre cuentas y como no conocían el programa que se usaba en esa ocasión, no sabían exactamente que estaba pasando, comenzaron a prestar más atención y a tratar de sacar el equipo de ese proceso, pero nada, el sistema no les respondía.

Insistieron permanentemente con todo el bagaje de conocimiento que tenían pero no conseguían pararlo; el teléfono seguía muerto, la puerta sin poderse abrirse y la máquina en su laborioso proceso, totalmente ignorado por ellos.

Al no quedarles otras alternativas, seguramente se empezaron a preocupar, intentaron seguir la secuencia de las operaciones que se estaban ejecutando con la vista más que atenta en el monitor, algunas cuentas de la municipalidad se abrían y se cerraban seguramente, esas las debían conocer por el trabajo que habían hecho, otras no, seguros que no, también notaron, con seguridad que aparecían nombres de bancos y números que podían ser de cuentas; pronto aparecerían nombres de localidades y bancos del exterior del país y números, muchos números que no lograban identificar, nada tendría lógica para ellos, ni que ese programa se estuviese corriendo, ni que estuviésemos en la sala de operaciones encerrados y solos, la ansiedad y la desesperación los ganaba a cada instante, muchos interrogantes comenzarían a aparecer en la cabeza de esos muchachos.

El tiempo fue pasando y como a las dos horas, terminada la siesta mendocina, con la llave abrí la puerta de la sala muy bien acompañado:

- Esos son los hombres - dije en tono imperativo y señalándoselos, al oficial de policía que junto a otros tres agentes más habían ingresado a la sala - si esos son los que se están robando los datos del sistema - agregué.

El oficial les pidió que se dieran vuelta y los esposó, se acomodo en un escritorio frente a una máquina de escribir y les imputo el delito, cuando los llevaban, quedamos un instante juntos y en vos baja dije:

- Gracias, yo sabía que iban a hacer un buen trabajo… por mí, voy a pasa una vejez muy feliz y con mucho dinero gracias a ustedes. 

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siendo su autor el único responsable de la misma.
  

Comentarios (9)

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Maria Isabel Hempe
ResponderMaria Isabel Hempe13/11/13  22:52:57
Qué buena historia Pem, me encantó el final...en tu relato triunfan los malos!!jaja Felicitaciones! Besos
Sol Suave Maria Isabel Hempe
 
Enrique M. Picchio ( Pem )
Enrique M. Picchio ( Pem )13/11/13  23:00:19
Si si a este le salió bien ja ja ja Un beso María, gracias por pasar..
Sol Suave Enrique M. Picchio ( Pem )
 
 
 
Beatriz Di Marzio
ResponderBeatriz Di Marzio01/11/13  15:47:27
me atrapo. pero me lo veia venir, la puerta que se cierra.no llegar a tiempo. en fin estupendo cuento bien resuelto . en estos tiempos no sorprende la accion del jefe.felicitac. falto la ilustracion. saludos.
Sol Suave Beatriz Di Marzio
 
Enrique M. Picchio ( Pem )
Enrique M. Picchio ( Pem )13/11/13  22:59:38
Eso es lo que tiene que lograr un cuento... que te trabaje la mente ja ja ja Gracias por pasar Beatriz... un beso.
Sol Suave Enrique M. Picchio ( Pem )
 
 
 
Luisamaria Amador
ResponderLuisamaria Amador01/11/13  11:16:50
Que buenoooooooooooo .......parece una peli de ficcion ............jajja
Sol Suave Luisamaria Amador
 
Enrique M. Picchio ( Pem )
Enrique M. Picchio ( Pem )01/11/13  12:38:12
Viste... seguro que no pensaste nunca en ese final... gracias por pasar Yony Beso.
Sol Suave Enrique M. Picchio ( Pem )
 
 
 
Agustin Dominguez
ResponderAgustin Dominguez31/10/13  08:56:54
Muy Bueno Enrique!!!! Me gusto!!! Muchos saludos!!!
Sol Suave Agustin Dominguez
 
Enrique M. Picchio ( Pem )
Enrique M. Picchio ( Pem )31/10/13  10:27:10
Que bueno que te guste mi trabajo Agustín. / Agustín era el nombre de un tío mio hermano mayor de mi padre, tu nombre me lo trajo a la memoria, Un abrazo Gracias por pasar y comentar.
Sol Suave Enrique M. Picchio ( Pem )
 
 
 
Paola Herrera
ResponderPaola Herrera31/10/13  03:14:28
Que buena historia! Que bien relatada! Ni bien comencé a leer me recordó (por sus formas) a pasajes de `La rebelión de Atlas` de Ayn Rand, y luego era el mismísimo Kafka, como un capítulo inédito de `El Proceso`, que grande sos Enrique! Te mezclás entre los grandes tímidamente, quizás sin notarlo... Aplausos Señor! Tenés pensado dejar de sorprenderme alguna vez? Espero que no! :)
Sol Medio Paola Herrera
 
Enrique M. Picchio ( Pem )
Enrique M. Picchio ( Pem )31/10/13  10:24:56
Me parece que sos algo exagerada en tus elogios... lo que si espero es no dejar de sorprendete.... Beso.
Sol Suave Enrique M. Picchio ( Pem )
 
 
 
Luis Simonetti
ResponderLuis Simonetti31/10/13  02:25:45
Buena historia, será tu historia? jaja
Sol Suave Luis Simonetti
 
Enrique M. Picchio ( Pem )
Enrique M. Picchio ( Pem )31/10/13  10:22:04
La historia surgió, hace ya muchos años, de un amigo mio, programador él, que trabajó de verdad en ese proyecto en la municipalidad de Mendoza, por supuesto el resto de la historia es, como te diría... `puro cuento` ja ja ja Un abrazo Luis gracia por acompañarme.
Sol Suave Enrique M. Picchio ( Pem )
 
 
 
Mercedes. Sciancalepore
ResponderMercedes. Sciancalepore30/10/13  22:21:51
Me tuviste Enrique, hasta el final intrigada hacia donde iba esta historia, y lo resolviste genialmente e impensado. Pero voy a confesarte que me impactó fuerte...!!Te felicito y vamos por más, ya estoy preparada para tus finales insólitos..!!!Besos.
Sol Suave Mercedes. Sciancalepore
 
Enrique M. Picchio ( Pem )
Enrique M. Picchio ( Pem )31/10/13  00:56:55
Me encantó tu comentario Merce ja ja ja pero creo que el que viene es de amor ja ja ja Te mando un beso gracias por pasar.
Sol Suave Enrique M. Picchio ( Pem )
 
 
 
Teresa Ternavasio
ResponderTeresa Ternavasio30/10/13  21:38:40
Muy buena la historia Enrique, con un final inesperado. Te felicito por tu trabajo - un abrazo amigo.
Sol Suave Teresa Ternavasio
 
Enrique M. Picchio ( Pem )
Enrique M. Picchio ( Pem )31/10/13  00:57:31
Gracias Tere, un beso.
Sol Suave Enrique M. Picchio ( Pem )
 
 
 
Stella Avila
ResponderStella Avila30/10/13  17:39:14
Que tramposooo!! jajaja, muy buen cuento!! Bien contado.
Sol Suave Stella Avila
 
Enrique M. Picchio ( Pem )
Enrique M. Picchio ( Pem )31/10/13  00:58:06
Quien yo??? ja ja ja Beso Stella gracias por pasar.
Sol Suave Enrique M. Picchio ( Pem )
 
 
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