Una posicion etica
Los científicos que se afanaban en la búsqueda de una vacuna, por ese entonces en la carrera de quien ganaba a quien, había dos, decían sobre esto que era una forma de compensar el pánico sobre la epidemia y que no servia para nada.
Esto me marco, siempre digo que en este País no se necesita una revolución, pero si tengo que expresar realmente lo que siento, es que soy un privilegiado, soy hijo de una revolución. Cuando uno de los sectores más débiles de la sociedad es capaz de salir a enfrentar la muerte, sin otro talismán que una bolsita de alcanfor, y además sin preguntar por quien suenan las campanas, me pregunto si esto no fue una revolución que es una revolución.
Quizás esto me salvo de engancharme en utopías que por mas bellas que fueran terminaron en una espiral de violencia que es lo que sucede siempre cuando uno pretende hacer realidad la utopía, esta es tan pura que no resiste la vida humana y por ello para quienes pretenden hacerla realidad tiene un alto contenido de impotencia resuelta a través de la violencia..
Muchos se preguntan que fue primero el huevo o la gallina, para mi alguien puso el huevo y de el nacieron gallina caníbales.
Para mi todo comenzó en la resolución entre las dos grandes líneas contrarrevolucionarias (socialmente hablando-no políticamente hablando), que fueron una ni vencedores ni vencidos y la otra vencedores y vencidos, pero esto es una definición política que nada tiene que ver lo que pretendo decir, pero es necesario que lo exprese ya que de otra manera sería un falso.
El ver esta realidad donde el delito ha adquirido tamaña violencia, y la violencia social tamaña brutalidad, me pregunto por que con relación a la violencia social no se hace nada para enseñar a las gallinas a comer maíz. Por que se condena la canalización política de esta violencia, sin comprender que pasaría si no existiera esto, una violencia social desmadrada haría probable un gran negocio la venta de calzones de lata, ya que sexo va ha ver por lo menos que sea seguro. Pero no, el entramado social que ha seguido tantas utopías como la inflación 0, sigue cuestionando el encauce político de la violencia social.
Hoy con solo un poco de inflación el entramado social se estremece, me pregunto que pasaría si los millones de excluido entrara al mercado exigiendo lo mismo que el entramado social, seguramente entraríamos en una espiral hiperinflacionaria. Ahora pretender que estos millones de excluidos que estabilizan el mercado todavía le agradezca me parece un poco demasiada pretensión.
Que quiero decir, que una cosa es la violencia social, brutal sanguinaria, y otra es el delito tan brutal y sanguinaria como la primera, mucho más cuando ha ingresado una de las peores mafias internacionales. El entramado social que asumió como referente social a una persona que justifico el brutal asesinato de un chico, acogerá a los excluidos y aceptara que el costo país sea equitativamente distribuido o seguirá exigiendo la represión contra la violencia social como solución final. Exigirá alguna vez al estado que asuma el control de las armas y la inteligencia para enfrentar el delito, o seguirá desentendiéndose de de el.
Tengo dos dilemas. El primero sentirme el personaje de una película “el huevo de la serpiente” y el otro ulitizar demasiadas palabras para decir lo que pienso.
El por que escribí esto, solo por ética, respondí a tantas propuestas que era lógico y ético que expresara la mía. Es fácil cuestionar al que pone la cabeza en el lazo lo difícil es decidirse a colocarla y Yo respeto profundamente mas allá de coincidir o no a quien se atreve a expresar su opinión. En el tintero muchas frases, muchos hechos, muchos recuerdos de una historia que no me paso por ensima. Pero seria un océano de palabras que evitarían el hecho principal que me ha hecho decidir escribir esto, la ética.
José María Dominguez
FotoRevista no asume ninguna responsabilidad por el contenido esta nota,