Una amenazante tormenta de verano, el sol radiante asomaba por segundos, las grandes nubes cubrían de pronto inmensamente el lugar, y todo adquiría un raro marco de teatralidad junto a algunos barcos en el horizonte. De pronto irrumpieron tres niños a escena a la gran carrera, en ese momento pensé que el mundo era de ellos, justamente, su patio de juegos.