(Clasificación del autor) Tema: Documental y Periodistica - Enviada el 11/05/20 a las 07:43:31 - Obra N° SFOT200511074331
"Bahía de La Habana, entre las grandes del Mundo"
Desde el puente de mando del motopesquero Tiburón, de la Flota Cubana de Pesca solía contemplar Bahía de La Habana, en mi etapa de practicante de marinería, luego de finalizar con éxito el curso de especialista en el cultivo de la esponja, profesión que jamás ejercí por mi corta edad.
En la embarcación permanecí alrededor de cinco meses desde que zarpé a labores de pesca al Golpe de Campeche y Ciudad del Carmen, ambos en México, hasta mi regreso a la mayor de las Antillas.
En el Puerto de La Habana se encontraba fondeado el pesquero Tiburón. Los que no residíamos en la capital cubana, muy pocos, nos quedamos a cuidar la embarcación. Y desde la motonave contemplaba la Bahía, considerada una de las más grandes y seguras de América y el Mundo.
Su inmensa bolsa acogía a las embarcaciones de la Flota Pesquera y los mercantes que arribaban al puerto.
Es un paisaje realmente impresionante y placentero. La Bahía (fundada en 1519), testigo del estallido del acorazado buque estadounidense Maine el 15 de febrero de 1898, acontecimiento mañoso que sirvió de pretexto a los Estados Unidos para intervenir en la Guerra de 1895 que libraban los cubanos contra España.
Observaba anonadados la red de fortificaciones que forma parte de ese paraje quizás no tan común en otras bahías del mundo que servían de resguardo en la época colonial al Torreón de San Lázaro, a El Morro de La Habana, la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, y El Castillo de Atarés, entre otros espectaculares sitios de una de las siete ciudades maravillas del mundo.
Las mañanas soleadas, desde la cubierta del Tiburón, eran propicias para vislumbrar además el Cristo de La Habana (declarado Monumento Nacional el 6 de noviembre de 2017 e inaugurado el 25 de diciembre de 1958), solemne y colosal estatua que se encuentra al este del puerto, a la izquierda, entre la añeja fortaleza de San Carlos de la Cabaña y el pueblo de Casablanca.
La autora de la obra, Jilma Madera, apuntó: ` Seguí mis principios y traté de lograr una estatua llena de vigor y firmeza humana. Al rostro le imprimí serenidad y entereza como para dar alguien que tiene la certidumbre de sus ideas; no lo vi como un angelito entre nubes, sino con los pies firmes en la tierra.`
La bahía fue testigo asimismo de un horrendo crimen perpetuado por el gobierno de Estados Unidos: el sabotaje a La Coubre, barco de origen francés que fue objeto de un acto terrorista en el puerto de La Habana el 4 de marzo de 1960. Tuvieron lugar dos explosiones que produjeron cerca de un centenar de muertos y cuatrocientos heridos y lesionados.