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María coincido contigo en lo que señalas.Pienso también que el blanco y negro le otorgaría a esta fotografía, quizás, todo ese inmenso decir tan característico y propio de los grises. Pero, esta imagen en particular, con todo su colorido envuelto en pasteles y esa piel curtida, vaya a saber por cuantos soles, que rematan en esas hebras de un cabello plateado (los detalles todos), no me los quiero perder por nada. Son pareceres solamente que hacen a toda diversidad, sin lugar a dudas siempre, tan enriquecedora. Mi afecto
Ruben Ricardo Arteaga
