Tema: Varios - Enviada el 12/09/12 a las 02:27:59 - Obra N° SFOT120912022759
"Madres de familias numerosas"
(Montevideo/Uruguay, , Uruguay)
La matrioska o muñeca rusa ( М,а,т,р,ё,ш,к,а, /mʌ,ˈ,trʲ,oʂ,kə,/)
Lo más impactante de la biografía de la muñeca rusa que se llama `matrioska` es que su secreto fue robado a los japoneses. No la imagen sino la idea: una muñeca dentro de la cual se hallan muchas muñecas semejantes. Aunque también es cierto que los japoneses afirman que la primera matrioska había sido hecha por un ruso, un monje cristiano que se mudó a las islas desde Rusia. Ese monje torneaba a mano tacos de madera, haciendo de éste una muñeca y luego la pintaba como quería. En ellas estaba su nostalgia de la Patria y, por lo tanto, las muñecas adquirían la imagen de una mujer aldeana vestida y ataviada de modo ruso: quizás tenía imagen de su madre o hermana.
Como quiera que sea, en el siglo XIX llegó de la isla de Honshu a Moscú un juguete maravilloso: una muñeca japonesa de porcelana en forma de un sabio campechano y malicioso que era el monje japonés Fukurumu. Dentro de la figurilla se encontraban varios otros `fukurumitos`, uno menor que otro. El juguete fue traído por encargo de Alexei Mamontov, propietario de la prestigiosa tienda moscovita `Educación de niños`, quien quería dar una agradable sorpresa a su querida dama.
Sensible a la belleza y a cualquier cosa exótica, el alma rusa apreció la idea original, le dio una nueva fantasía y la sembró en su suelo natal.
Alexei Mamontov le enseñó el juguete japonés al artesano de juguetes Vasili Zvezdochkin quien se entusiasmó y acto seguido, torneó de un taco de tilo otro juguete parecido, pero ya a la rusa, en forma de una mujer aldeana. Luego hizo otras 8 figurillas de madera que cabían una en otra. De este modo el tornero de madera Vasili Zvezdochkin pasó a la historia de las artes aplicadas rusas como inventor de Matrioska.
Mamontov le encargó pintar las figurillas al pintor Serguei Maliutin cuyo pincel le dio a la muñeca ojos azules bien abiertas y la vistió de sarafán (vestido típico ruso). De modo que surgió una simpática muchacha aldeana que plasma una imagen típica de Rusia.
Al nuevo juguete le dieron el nombre de Matriosha, diminutivo del nombre femenino Matriona, que proviene del latín `mater` (madre). El nombre se asociaba a la madre de una familia numerosa, sana y optimista. De esta forma surgió una muñeca que llegó a ser reina de los objetos de recuerdo rusos y símbolo del arte nacional.
En 1900 Matrioska se exhibió en la Exposición Mundial de París donde adquirió la fama mundial, ganó una medalla y obtuvo reconocimiento mundial. Mamontov recibió un gran pedido para fabricar estas muñecas y el proceso llegó a marchar como una seda. Las muestras se distribuyeron entre todos los artesanos de Sérguiev Posad, antigua localidad cercana a Moscú, que era un famoso centro de artesanía popular y la patria de las muñecas `matrioska`.
Después de obtener aquel enorme éxito en la exposición de París comenzó un verdadero `boom` de matrioskas que trascendió el territorio nacional. La insuperable matrioska llegó a ser un verdadero embajador de Rusia en todo el mundo y lo sigue siendo hasta ahora. La imagen de esta bonita muñeca plasma la sonrisa de las simpáticas y benditas mujeres rusas ataviadas de vestido de colores llamativos, con flores, pájaros y estrellas.
En poco tiempo se formaron nuevos centros especializados en la fabricación de estos objetos de recuerdo: Maidan y Semenovsk en la provincia de Nizhni Nóvgorod y Nolinsk en la provincia de Kirov. Allí pintan muñecas no menos simpáticas en que en la provincia de Moscú pero a un estilo distinto, utilizando otra gama de colores. Para evitar que se rompa el hilo de la continuidad, adjuntas a estos centros se han creado escuelas en que la juventud dotada penetra en los secretos de este arte.
Las técnicas de producción de matrioskas tiene una serie de rasgos característicos. Para tallar no se utiliza cualquier madera sino que sólo tilo y abedul que talan en la primavera temprana, cuando el árbol empieza a segregar savia y luego lo mantienen al aire durante un año como mínimo. Los pintores utilizan para pintar guache, acuarela y tempera, lo que conserva la energética noble de la madera y la pureza ecológica del artículo. En el proceso de creación de la muñeca, el artífice desde luego infunde su idea de autor: su imaginación y percepción de la gama cromática del mundo. De modo que cada muñeca que sale a la luz es original, sin repetir ni la expresión ni la sonrisa ni adornos del atavío.
Lo más maravilloso que tiene la matrioska es la cantidad de muñecas que pueden caber. Durante mucho tiempo se consideraba como `campeona` una Matrioska de metro y medio, fabricada en 1998 en una fábrica como regalo a los italianos: dentro de ella cabían 72 muñequitas, una menor que otra. Pero hace poco este récord quedó batido: en la fábrica de Maidan se logró crear una matrioska de sólo 90 centímetros en que caben 75 muñecas. Cada muñeca es muestra de un intachable trabajo afiligranado.
Las muñecas suelen ser talladas por torneros hombres, pero las pintan mujeres de todas las edades. Con los primeros trazos del pincel se dibuja la forma del rostro, luego se describen los ojos que son, como se dice, `el espejo del alma`. `En cuanto con la última pincelada se `abren` los ojos, la matrioska se aviva y mira al artesano, pidiendo mayor belleza` -, dicen los artífices de muñecas. Hoy día, para adornar las muñecas se utilizan materiales nuevos, aparte de los tradicionales. A menudo se utiliza una película especial que se aplica a la muñeca para imitar oro. Finos elementos de este material le dan a la matrioska un aspecto suntuoso. Un gel líquido de diversos colores también se utiliza como instrumento para dibujar y colorear estrellas, flores, nieve y diversos elementos del atavío. Todos los artífices recalcan que el único secreto estriba en poner toda el alma en el trabajo: entonces la matrioska es especialmente atractiva.
Se realizan en un número variable que puede ir desde cinco hasta el número que se desee, siempre y cuando sea un número impar, aunque por la dificultad volumétrica, es raro que pasen de veinte. Se caracterizan por ser multicolores, o por la presencia de elementos decorativos en la pintura tales como jarrones o recipientes sostenidos por las muñecas. A veces las muñecas interiores son iguales entre sí, pero pueden diferenciarse en la expresión de la muñeca o en el recipiente que sostienen. La matrioska con más muñecas de la que se tiene conocimiento posee 75 unidades
Esta foto esta tomada en San Javier, Departamento de Río Negro - Uruguay en donde existe una Colonia Rusa.
