Enviada el 28/03/19 a las 16:49:29 - Obra N° SSER190328164929
"La Farola, maravillas de la ingeniería civil"
Guantánamo, Cuba.- La Farola, construida en la década del 60 del pasado siglo e insignia de la comarca, cuyo aislamiento debido a problemas viales inspiraron la canción que reza: «A Baracoa yo me voy aunque no haya carretera».
Conocer a Baracoa, la también Ciudad Paraíso de Cuba, en el extremo más oriental de la isla, es como escalar al cielo, encontrarse con el sol y protagonizar una aventura a través de una zigzagueante carretera entre montañas.
Me refiero en específico a La Farola, construida en la década del 60 del pasado siglo e insignia de la comarca, cuyo aislamiento debido a problemas viales inspiraron la canción que reza: «A Baracoa yo me voy aunque no haya carretera».
Dicho aislamiento se prolongó durante siglos hasta que en el año 1964 se erigió la colosal carretera, que complementa los paisajes exóticos de la zona.
En la Farola se puede constatar que no por gusto esa obra, prodigio del esfuerzo humano, está entre las siete maravillas de la ingeniería civil cubana del siglo pasado con 11 puentes colgantes
El punto más selecto es el Mirador de Altos de Cotilla, a más de 600 metros sobre el nivel del mar, el que al decir de la escritora cubana Dora Alonso, se «envuelve en helechos entre lujos de manantiales, frente a un paisaje indescriptible».
Ahora ya se puede viajar con toda seguridad a la capital de la arqueología cubana, o Ciudad de las Lluvias, un sitio casi único en el hemisferio occidental, no solo por los atractivos turísticos sino también por su alto valor histórico, cultural y arquitectónico.
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