Enviada el 25/02/11 a las 00:01:52 - Obra N° SSER110225000152
"Viaje"
(Buenos Aires, Ciudad de Buenos Aires, Argentina)
Y salimos en búsqueda de un paseo, mas pronto nos dimos cuenta que ese espejo que todos los días a nuestro lado veíamos pasar, nos había transformado en un reflejo de nuestra tenue realidad.
Caímos en la trampa de su virtualidad.
Rodeados por símbolos incomprensibles, faltaba una referencia creíble que nos ayudara a decidir que hacer: seguir o claudicar.
Aún no habíamos llegado a darnos cuenta, que ahora, casi nada dependía de nuestra voluntad.
Comenzamos entonces a vivir extraordinarias experiencias que algún día habremos de contar,
si es que ese día alguna vez se nos acercará.
Y ese día que no era nada, hoy llegó.
Lamentablemente, las expectativas de transitar algún momento agradable se alejaron, dejándonos solo tristeza y dolor.
Perdimos los colores…
Blanco y negro, aún sin grises, no existen en estado natural. Si perdiéramos el blanco, sólo nos quedaría el negro total.
La única oportunidad era imaginar una esperanza, que para la ocasión no fue sino una tenue gota de luz.
Aunamos nuestros esfuerzos y deseos para que la comunión de nuestras fantasías lograra trasponer el umbral de la realidad, pudiendo ver entonces dentro nuestro, aquello que no podíamos encontrar en el mundo real.
Pero la mirada era distinta, porque en nuestro viaje por nuestro interior, algo había cambiado de lugar.
El tiempo de la inocencia se transformó en el de la incredulidad y el de la simpleza en el de la complejidad.
Nuestra mirada era mezcla de desconfianza y agresividad.
Lejanos habían quedado los tiempos de aquella sorpresa inicial.
Buscamos la salida, pero esto era un fractal y por más que se mantuviera una estructura espacio-temporal coherente, no encontrábamos la salida de este espacio virtual.
Y eso nos hacía sentir mal…
Casi derrotados por la imposibilidad de encontrar un rumbo que al menos nos permitiera algo cambiar, divisamos en un rincón oscuro, luces de colores, que al poco tiempo, formas hubieron de tomar.
Nos acercamos hacia lo que sabíamos que era un ave… una cigüeña en su nido, que movía sus alas, cual ave Fénix Real.
De muchos colores, en el medio de la oscuridad.
Supimos entonces, que tendríamos otra oportunidad.