Enviada el 26/11/13 a las 01:40:52 - Obra N° SSER131126014052
"Tropicalismos I"
Hago trampa y pego una descripción que hice para unos amigos en un email:
Algunas veces vamos al campo de una gente amiga a unos 10 km del pueblito donde vivo en Brasil, normalmente nos quedábamos en la casa grande, comiendo, tomando cervezas y conversando, pero un día encontré una vieja picada casi en desuso que lleva hacia dentro de un area de selva que no sabía que existía por ahí. Así que ahora cada vez que voy a ese lugar salgo a caminar y sacarle fotos a los animales, insectos y plantas, es exuberante!
El tipo de vegetación se llama `Mata atlántica`, antes que lleguen los portugueses esto aquí era todo mata atlántica, desde la desembocadura del Amazonas hasta Rio Grande do Sul. Pero fueron quemando para crear tierras aptas para la agricultura y ahora solo quedan `manchones` preservados, una macana. Es selva cerrada, arboles altos que no dejan pasar la luz, arbustos, pastos altos, lianas, arroyitos que bajan ronroneando entre los morros y hay muchas flores, miles y miles de mariposas, monitos y otros animales. El de la foto es un monito Saguí (fam: Cebidae). Me gustaría poder incluir mas fotos, de arañas, orugas y otros insectos. Pero lo voy a dejar para otro momento.
El aire dentro de esos lugares huele hermoso, una mezcla de olor a lluvia con aroma de flores. Mientras uno avanza entre el follaje la selva se queda callada, supongo que espiándome. Cuando uno se queda quieto un rato empiezan a entrar en confianza los animales y se escuchan. Los monos son muy alcahuetes, gritan y saltan y no dejan de mirarlo a uno, se comportan igual que los teros. Hay pájaros (no tengo teleobjetivo, así que no tengo fotos aún) son hermosos, hay unos de colas muy largas, y cuando vuelan parecen barriletes de colores. Otros emiten un canto muy extraño, doble, como si fuese con eco.
Estoy acostumbrado a moverme en la montaña, en nuestros bosques y estepa, pero no conozco nada de aquí, por lo que andar por esos lugares, avanzar entre las hojas gigantes, sin ver donde meto los pies, es una fuente constante de adrenalina (es una forma delicada de referirme al `cagaso`, jeje). No me gustan las víboras, y las arañas tampoco me simpatizan mucho.
En otra salida me metí en un bananal, gigante, entre redondeados morros. Es curioso, solo hay bananos, no hay otro tipo de vegetación. El suelo esta cubierto de las gigantescas hojas secas de los bananos y todo el tiempo me imaginaba que me iba a saltar una víbora gigante. Hay poca luz también, y muchísimos colibríes que perforan el bulbo de la flor del banano y beben el néctar que de ahí sale. Cuando abandonan el bulbo, queda saliendo un chorrito finito que se proyecta varios centímetros en el aire, como si alguien lo tirase con una jeringa.
Subí un morro mas alto que el resto y pude ver que el campo de bananos llegaba, ondulado, hasta el horizonte, que fácil debe ser perderse ahí.
Una aclaración boba, todas estas fotos estan en crudo. La foto de la mariposa volando fué un regalo que ella me hizo :-)