Responder20/02/14 23:23:24
Un mohín, un rictus, un ademán, un mirar o no, todo se halla allí, ante un ojo inquieto y presto. Nos lo facilita, puesto que está convencido estar obsequiando y de hacernos todo más fácil. Es la virtud de un grande, que por tanto, es como si no supiera cuánto. ¡Gracias!
Ruben Ricardo Arteaga