Este autor ha solicitado ser excluido de la votación de los participantes. Me Gusta !
NO PUEDES ELEGIR UNA FOTO TUYA !!!
NO PUEDES ELEGIR UNA FOTO ENVIADA DESDE TU MISMO IP !!!
NO PUEDES ELEGIR 2 VECES LA MISMA FOTO !!!
Error de acceso
TU ELECCION NO SE HA REGISTRADO.
Vista: 515 veces 1º F.Día Participantes33º F.Mes ParticipantesTema: Fotografia de Autor - Enviada el 25/08/15 a las 07:35:21 - Foto N° 150825073521
"La rubia hacia lo desconocido"
Reportar Foto Datos EXIF de la foto: Cámara: NIKON D3200 (Nikon Corporation)
Velocidad: 1/160s Diafragma: f:16 Sensib.: 400 iso Focal: 130mm (equiv. 195mm)
Comentarios (29)
Enviar M. PrivadoDejar Comentario Responder25/08/15 20:50:15
La cabellera dorada, agitándose al compas de su portadora, regalando reflejos que rebotan en esta y la niebla. Misterio en lo profundo.
Roberto A. Torres Responder25/08/15 11:33:20
Otra vez encendiste la máquina de la niebla Fernando...
excelente composición y toma!! Besos
Maria Isabel Hempe Responder25/08/15 09:41:43
Cuando sea grande quiero ser como usted maestro ilumine con sus impecables y atrapantes imagenes, estupendo B/N que nos transporta a imaginar que hay mas allá de lo desconocido,abrazos,elfs was here
Miguel Fernandez Medina ( Elfs ) Responder25/08/15 08:53:27
Buenísima! Una serie que veíamos en la infancia nuestra, era `Rumbo a lo desconocido`, aplicable acá... (otra era `Dimensión desconocida`). Felicitaciones Fer!
José Luis Mansur Responder25/08/15 08:44:12
Un muy buen monocromno, muy bien realizado, un gran protagonista que camina por ese tunes que forma la luz con la neblina y los arboles, un imagen misteriosa, muy buen encuadre y composicion
Carlos D. Cristina Miguel FotoRevista no tiene responsabilidad alguna sobre comentarios de terceros. Los mismos son de exclusiva responsabilidad de quien los emite. FotoRevista se reserva el derecho de eliminar aquellos comentarios injuriantes, discriminadores o contrarios a las leyes de la República Argentina.
Subir fotos
Reglas de Participación
Ir a Red Social
El límite de la fotografía es nuestro propio límite