06/12/16 18:02:48
No molestaban, y son adorables visualmente, si les dejás comida la comen, pero son tremendamente desconfiados y, si uno va a hacer algo, otro, al menos uno, vigilará. Sociables no eran porque no nos podíamos acercar, se metían en la cueva. Pero nos sentíamos felices de tenerlos en el patio y nuestro hijo mayor (el único entonces), también.
Carlos Costamagna