Responder04/04/17 08:37:51
Los ajos... como manos, o como dientes. Aferrándose a esa tierra que les abriga cálidamente. Y llegas vos, o vos, humano entrometido y das tirón cruel y lo sacás sin ningún pudor de su lecho de calorcito tibio. / No contento, lo llevás a una cocina y con una mano blaaanda en la barbilla pensás... mmm una picadita con perejil y arreglamos el segundo en un plis... los dientes rotos sin pena ni lágrimas
Carmen Esteban