Responder08/08/20 12:20:54
En Recepción nos recibe en un mural la gigantesca imagen en blanco y negro de un antiguo tranvía, que es aquí un transporte de tradición. Llegamos temprano. Es que entre Miami y Nueva Orleans hay una hora de diferencia. Aún no tienen habitación disponible. ¿Qué hacer? Dejamos en consignación el equipaje, almorzamos y deambulamos por el parque Woldenberg junto al río Mississippi, el más largo de Norteamérica. Entre las esculturas atrapa mi atención una estatua en mármol blanco: ?Old Man River?. Recuerdo la canción homónima. (Traducida dice: ?Hay un anciano llamado Mississippi...?). En esta ciudad todo parece girar en torno a éste. A veces hasta indican las direcciones ?río arriba? o ?río abajo?. Miramos acercarse el barco a vapor Natchez. No lo esperamos. Enrumbamos hacia la Spanish Plaza. Cerca atraca el Creole Queen, propulsado por paletas de rueda (?paddlewheel?, estilo de 1850). / / En un kiosko compramos los boletos (US$ 34.00 por persona, sin comida). A la hora de zarpar avisan por el altavoz taparse los oídos a causa de la sirena. Exageraban... El barco bordea la ribera permitiéndonos contemplar las siluetas citadinas. Navega el barco hasta alcanzar los manglares junto al único punto de parada: el Histórico Parque Nacional Jean Lafitte, donde tuvo lugar la decisiva Batalla de Nueva Orleans, en 1815. La mayoría de los pasajeros baja a recorrerla. Nosotros no. Quizás por eso la travesía de ida y vuelta de tres horas en barco se me hizo tan monótona. Aún así, vale la pena esta experiencia. Es diferente.
Tzvi Katz