Comencé mi inquietud por la fotografía en abril de 2012 leyendo foros y mirando cursos a través de la web.
En septiembre de 2012 asistí a los cursos dictados por Casa de la Cultura de Intendente Alvear (CCIA) dictados por el técnico en fotografía Sebastián Ludueña. En el marco de la mencionada capacitación, expuse 3 fotografías dentro de una muestra colectiva cuya temática fue “El Agro”, en la Edición Nº 19 de la Fiesta Provincial del Agro (Int. Alvear) y una fotografía en la Muestra Cierre de Talleres de CCIA. Además, participé con 1 obra del concurso fotográfico “Pensar global. Actuar local” organizado por el Centro Cultural de la vecina localidad de Realicó donde obtuve el primer premio de dicho certamen.
En diciembre de ese mismo año, expuse otras 3 fotografías en una muestra local de “Tango”, para la cual junto a un grupo de entusiastas, armamos un bodegón con esa temática. En marzo del año 2013, ese grupo de entusiastas nos transformamos en el equipo fundador del Movimiento de Fotógrafos Aficionados “Alvear en Píxeles”, con reconocimiento de CCIA.
En estos meses, organizamos varios paseos fotográficos y diversas charlas con expertos de la localidad y los alrededores, en temas que abarcan desde astrofotografía hasta la realización de retratos, edición de imágenes, estructura y funcionamiento de cámaras réflex y técnicas de iluminación para mejorar fotos hogareñas con cámaras compactas.
Utilizando la fotografía como herramienta para la concientización en contra de la violencia y la trata de personas, elaboramos textos para panfletos y banners con la técnica de light painting (en impresión).
En lo personal, participé del concurso de fotografía “El ejercicio de la Memoria”, para conmemorar el Día de la Memoria por la Verdad y La justicia Organizado por CCIA con 3 obras. Mención especial en concurso internacional de fotografía organizado por la página FotoRevista. Premio por votación del público concurso Nacional de Fotografía organizado por F.A.C.E. Mención especial concurso Provincial museo Verde de las Artes en La Pampa.
El límite de la fotografía es nuestro propio límite