Los niños nacen para ser felices / A.Azcuy

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"Los niños nacen para ser felices"

Alejandro Azcuy Dominguez

Cuba
alejandroazcuy@hotmail.com
 Volver ablar de los niños es referirse a sus alegrías, sus travesuras, sus juegos, sus berrinches, y sus lágrimas. Todos los niños viven esas facetas, algunos con más frecuencia las primeras; otros —la mayoría— la última. Esos “otros” crecen cargando una memoria humedecida por el amargo llanto del dolor.

“Son el futuro del mundo, pero se están perdiendo su presente” reza un titular. Y es que a diario los medios denuncian el maltrato a niños y niñas. Y se organizan reuniones y conferencias para tratar el problema. No obstante, crónicas y conclusiones suelen quedar en el papel.

En los amplios sectores de la población deprimida, en aquellos que NO pertenecen “a los circuitos internacionales comerciales, productivos y financieros” propugnados por la globalización, niños y niñas son las principales víctimas de la pobreza, la desigualdad, la exclusión, la discriminación, la injusticia, las guerras y una larga retahíla de violaciones a sus derechos fundamentales.

En nuestra cotidianeidad, arrastrados por la vorágine, tropezamos con los distintos rostros y matices de la pobreza, pero no la vemos —o no la queremos ver— porque nos molesta, nos incomoda, nos cuestiona. Entonces, nuestra indiferencia se multiplica en manos que se extienden por limosna, en cuerpos que se prostituyen, en inocencias que se pierden...

El trabajo de un fotógrafo, dicen, es mostrar la realidad en imágenes: una sola bien puede expresar lo que cientos de palabras.

Que esta muestra sea la expresión de miles de voces de niños, niñas y jóvenes que reclaman nuestro interés y compromiso, personal y comunitario.    El límite de la fotografía es nuestro propio límite