La presente exposición busca resaltar elementos que son esenciales a los pueblos indios. Enrique Carrasco, jesuita fotógrafo, ha pasado varios años viviendo en comunidades indígenas. Debido a ello, su obra trasciende la frontera del espectador y se convierte en una mirada comprometida con la realidad que retrata.
La imagen de los pies descalzos y cubiertos de lodo de un indígena puede representar para algunos la expresión de la pobreza y marginación a las que están sometidos los pueblos indios. Para otros, la desnudez de los pies remite a la indefensión y el desamparo de la existencia humana. Habrá quienes miren en aquella imagen la memoria de un paraíso extraviado, cuando la tierra húmeda quedó sepultada sobre el asfalto de las grandes metrópolis, y con ello se perdió la libertad de correr descalzos por la tierra fangosa.
Para quien sabe mirar más allá de lo evidente reconocen en aquellos pies adheridos al barro los vestigios de una historia, de una vida, de un pueblo y de un vasto universo apenas escuchado por muchos de nosotros. Una historia que comienza en aquellos sitios donde el asfalto no alcanzó a llegar. Quienes poseen esta mirada saben que este tipo de imágenes no sólo constituyen una denuncia a la iniquidad e injusticia que pesa sobre los pueblos indios; también son un homenaje a su historia, a su caminar solidario, al modo de relacionarse con la naturaleza y el cosmos, a sus celebraciones y, en fin, a una manera de entender la vida.
Las fotografías de Enrique aciertan en transmitir la esperanza que subyace a la pobreza y la opresión de la realidad indígena. Detrás de las grietas del despojo reposan huellas impregnadas de abundancia y plenitud. Las imágenes cobran vida al comunicar el universo identitario de su cultura; gestos y rostros que cantan a la vida comunitaria, cuerpos y miradas que evocan la fiesta, luces y colores que gritan su esperanza.
Invitamos al espectador a contemplar estas imágenes, representantes de nuestras culturas hermanas, con el respeto de quien entra a un lugar sagrado, el cual aún profanado por el paso de la historia, nos sigue constituyendo como raíz, herencia y orgullo.
Gustavo González Castañeda, sj.
CÉDULAS DE OBRA
1. Indígena Tseltal, “La Ilusión”, Chiapas.
El caminar de nuestros pueblos indígenas es paso que resiste celebrando a la tierra. Resistir y exigir en la alegría comunitaria, en los colores que brincan salpicando las fiestas. Es la resistencia organizada de quien cuenta sus historias para seguir nombrándose. Karla Vázquez Alonzo
2. Niña Tarahumara, Chihuahua.
“Nos acaban de decir que hoy 923 millones de seres humanos pasan hambre y desnutrición en todo el mundo. Son 75 millones más que el año pasado, pese a que el mundo es más rico que nunca y que las cosechas de 2007 ha batido récords. Detrás del incremento de pobres está la subida del precio de los alimentos entre 2007 y 2008, el 52% en promedio. Algunos productos básicos, como el arroz, sufrieron un incremento de más del 200%. Y a esta tragedia se junta lo que José Saramago llama “crimen (financiero) contra la humanidad: el cataclismo financiero, producto de egoísmo, y con impunidad total. Lo pagan los pobres”. Carta a Ignacio Ellacuría. Nuestra Iglesia. Recordar, resistir y caminar. Jon Sobrino. (31-10-2008)
3. Niña Tseltal de la comunidad “La Ilusión”, Chiapas.
“A los pueblos del tercer mundo y a los que en toda la tierra son pobres, marginados y explotados, hay que hacerles llegar la buena nueva de la liberación. Son las víctimas inocentes de la historia de la cristiandad y no del cristianismo, de la cristiandad que hizo de la riqueza y del poder los aliados naturales de la Iglesia”. Ignacio Ellacuría SJ
4. Indígena Tseltal de Chich, Municipio de Chilón, Chiapas.
Antes de sacarle la foto a esta anciana, me platicó que ese día había soñado a su esposo fallecido un año antes. En el sueño le decía… No llores mija, no estés triste, no te preocupes, el lugar donde estoy hay mucho maíz, mucha tortilla… mejor ve a seguir trabajando con la comunidad.
5. Indígenas Tzotziles, sobrevivientes de la masacre de Acteal, Chiapas.
El 22 de diciembre de 1997 grupos paramilitares asesinaron a 45 indígenas Tzotziles de Acteal Chiapas que se encontraban orando por la paz. La niña de la izquierda era cargada por su madre en el momento que inició la masacre…. Su madre fue asesinada. La niña se salvó porque quedó cubierta de la sangre de su madre y los asesinos pensaron que también estaba muerta. Zenaida (a la derecha) recibió un balazo en la cabeza… perdió la vista. Actualmente recibe tratamiento. Centro de Derechos Humanos, Miguel Agustín Pro.
6. Indígenas Tzotziles sobrevivientes de la masacre de Acteal, Chiapas.
El 12 de Agosto de 2009, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) dio su aval nuevamente a la impunidad con su decisión de amparar a 26 indígenas chiapanecos y ordenar la liberación inmediata de 20 de ellos, todos los cuales habían sido sentenciados por su participación en la masacre de Acteal. Los ministros de la Primera Sala de la SCJN justificaron su decisión en el hecho de que las sentencias se basaron en pruebas y testigos fabricados por la Procuraduría General de la República (PGR). Sin embargo, su decisión supone un grave riesgo para los derechos humanos, debido a que por negligencias cometidas por agentes del Estado mexicano durante el crimen cometido el 22 de diciembre de 1997 en Acteal, así como en su proceso de investigación, éste quedará en impunidad. Cabe destacar que al momento actual, los familiares de los sobrevivientes no han encontrado acceso a la justicia: ni sanción a responsables, ni reparación integral del daño. Centro de Derechos Humanos, Miguel Agustín Pro.
7. Indígenas Tseltales. Pataliljá, Municipio de Chilón, Chiapas
El mundo es una gran paradoja que gira en el universo. A este paso, de aquí a poco los propietarios del planeta prohibirán el hambre y la sed, para que no falten el pan ni el agua. Eduardo Galeano
8. Indígena Tseltal, Guaquitepec, Chiapas.
Al ritmo del tambor y la flauta el anciano tseltal sube al espacio intermedio entre el cielo y la tierra para alegrar a la nube, la lluvia, los vientos, el sol y la luna.
9. Indígenas Tseltales, Bachajón, Chiapas.
Cuando el individuo moderno se olvida de los dioses pierde su capacidad de maravillarse del milagro de la vida: extraviado en laberintos mentales desconectados de su corazón, intentando a toda costa comprender y explicar racionalmente los fenómenos, se queda en el mundo de las apariencias y atrofia su capacidad de contemplar el misterio. MEMORIA DEL SEGUNDO FORO INTERAMERICANO SOBRE ESPIRITUALIDAD INDÍGENA “Ética, mal y transgresión”. (Nov. 1998, Tarapoto, Perú)
10. Indígenas Tseltales iniciando una asamblea comunitaria. Guadalupe Paxilá, Chiapas.
La utopía debe estar construida desde la profecía, una profecía que es, ante todo, negación de los males presentes y que por la vía creadora de la negación, apunta y lanza hacia un futuro de esperanza, que mucho tiene que ver con el presente, porque lo que pretende es sacarnos de él, sacarnos de la tierra de la esclavitud a través de un éxodo histórico, como proceso de liberación conducente a la tierra prometida. Ignacio Ellacuría SJ
11. Indígenas Tseltales realizando la ofrenda a la Madre Tierra. Chilón, Chiapas.
La cosmovisión Maya expresa el reconocimiento de la existencia del Corazón del cielo y Corazón de la tierra, Creador y formador. Madre-Padre. Nuestros antepasados le reconocieron siempre presente en toda la creación y en cada uno de sus elementos. Los 4 puntos cardinales son para nosotros/as la presencia viva de Dios en cada esquina del Universo, como principio y fin de la vida de Dios en la humanidad y en toda la creación.
12. Indígenas Rarámuris, Chihuahua.
Con la danza acariciamos a nuestra Madre Tierra en agradecimiento por acogernos, alimentarnos y protegernos. El incienso que quemamos es una manifestación de nuestro agradecimiento, ofrecimiento y súplica a Dios Padre-Madre quien acompaña nuestro caminar en medio de nuestras luchas y esperanzas.
13. Indígenas Otomíes. Ayotuxtla, Ver.
Cuentan los abuelos que el diablo preparó la fiesta del carnaval para detener a Jesucristo. Los abuelos junto con la comunidad quedaron muy preocupados, por lo cual, se pusieron de acuerdo para salvar a el gran amigo y maestro Jesús, decidieron ir a la fiesta pero todos disfrazados para que el diablo no reconociera a Jesús… El diablo quedó muy enojado porque no pudo reconocerlo ni aprehenderlo.
14. Indígenas Otomíes en los preparativos para el rito de los voladores de Papantla. Texcatepec, Ver.
Miembros del la Unión Campesina Zapatista y del Comité de Defensa Campesina del municipio de Texcatepec Veracruz. Dichas organizaciones surgieron para defender sus tierras y sus vidas. En los años 80’s un solo cacique de la región asesinó a cerca de 30 indígenas Otomíes.
15. Indígenas Rarámuris celebrando la semana santa. Guaguachiqui, Chihuahua.
La diversidad y riqueza de nuestros pueblos indígenas la expresamos con la música, trajes, comidas, idioma, canto y danza. Como pueblos indígenas seguimos conservando la sabiduría de nuestros abuelos y abuelas para seguir viviendo en comunidad, cuidando a nuestra Madre Tierra y poniendo nuestra confianza en Dios Padre-Madre que sigue caminando a nuestro lado.
16. Indígenas Tseltales participando en la asamblea comunitaria. La Ilusión, Chiapas.
Hermano, hermana indígena y no indígena: un espejo somos, aquí estamos para vernos y mostrarnos, para que tú nos mires, para que tú te mires, para que el otro se mire en la mirada de nosotros. Aquí estamos y un espejo somos. No la realidad, sino apenas su reflejo. No la luz, sino apenas un destello. No el camino, sino apenas unos pasos. No la guía, sino apenas uno de tantos rumbos, que al mañana conducen. Subcomandante Marcos (EZLN)
17. Indígena Tseltal, Agua Clara, Chiapas.
“Volveremos a brindar por todo lo que se pierde y se encuentra: la libertad, las cadenas, la alegría y ese cariño oculto que nos arrastra a buscarnos a través de toda la tierra”. Miguel Hernández
18. Indígenas Rarámuris celebrando la graduación de los alumnos de secundaria. Rejogochi, Chihuahua.
Nuestra ascendencia “india” es un espejo en el que los mexicanos no queremos mirarnos. Guillermo Bonfil Batalla
19. Indígenas Tojolabales, San Cristóbal, Chiapas.
Si, por detrás de las gentes te busco. No en tu nombre, si lo dicen, no en tu imagen, si la pintan. Detrás, detrás, más allá. Por detrás de ti te busco. No en tu espejo, no en tu letra, ni en tu alma. Detrás, más allá. Pedro Salinas
20. Indígenas Tzotziles. Acteal, Chiapas.
Es tarde pero es nuestra hora. Pedro Casaldáliga
21. Indígena Tzotzil de visita en “La Antigua”, Guatemala.
“Queda decretado que ahora vale la vida, que ahora vale la verdad, y que de manos dadas trabajaremos todos por la vida verdadera”. Thiago de Mello
22. Niño Tseltal. Alán-Sac’jún, Chiapas.
Mientras más fría, más azul la hallaba: Mientras más duro el suelo, mas luna le salía: Cuanta más hambre, más cantaba. Pablo Neruda
23. Niño Rarámuri. Rejogochi, Chihuahua.
Cantamos por el niño y porque todo Y porque algún futuro y por el pueblo Cantamos porque los sobrevivientes Y nuestros muertos quieren que cantemos Mario Benedetti
24. Sobreviviente de la Masacre de Acteal, Chiapas.
En dichos asesinatos, fueron asesinados su Padre, Su Madre y 5 hermanos. ¿De qué tenemos que pedir perdón? ¿De qué nos van a perdonar? ¿De no morirnos de hambre? ¿De no callarnos en nuestra miseria? ¿De no haber aceptado humildemente la gigantesca carga histórica de desprecio y abandono? ¿De haber demostrado al resto del país y al mundo entero que la dignidad humana vive aún y está en sus habitantes más empobrecidos? ¿De ser mexicanos todos? ¿De ser mayoritariamente indígenas? ¿De luchar por libertad, democracia y justicia? ¿De no rendirnos? ¿De no vendernos? ¿De no traicionarnos? Sub comandante Marcos
25. Niñas Rarámuris, Rejogochi, Chihuahua.
Niño indio, si estás cansado, tú te acuestas sobre la Tierra, y lo mismo si estás alegre, hijo mío, juega con ella... Gabriela Mistral, la tierra
26. Niña Tzotzil. Tzajal’ulkum, Chiapas.
Solidaridad en Tzotzil es “koltaejbail” (ayudarnos unos a otros), es reconocer que alguien necesita de otro, es fortalecer la esperanza y aliviar la preocupación refrescando la sonrisa. Xavier Ruiz, catequista Tzotzil.
27. Niño Tseltal, Chich, Chiapas.
Al final del camino me dirán: ¿Has vivido? ¿Has amado? Y yo, sin decir nada, abriré el corazón lleno de nombres. Pedro Casaldáliga
28. Niños Otomís del municipio de Texcatepec, Ver.
Es la esperanza en el otro, en el que esta junto, cuando saben que ellos, que todos, poseen algo sagrado, algo nombrado hace mucho tiempo, un destino común fundado en la necesidad de ser comunidad, de demostrar respeto por la Madre Tierra y trabajarla con todas las manos que tengan. Karla Vázquez Alonzo