FotoRevista ¦ 24 años en la web
China Dolls
(Texto de Ilex Gallery, Roma)
En el 2006, Nathalie Daoust fue a China para hacer una residencia de artista con la “Red Gate Gallery” y ahí se enamoró de la cultura. Desde entonces, ha buscado cualquier excusa para volver y pasar muchos meses explorando el país.
Con los años, cada vez estaba más intrigada con el rol que juega la mujer en su sociedad, cómo cambia rápidamente sobretodo por la política de tener solo un hijo, lo que significa para una mujer y como lidia con ello. (Tanto por la niña que no fue querida, cómo la mujer que creyó que tener una hija era una desventaja).
Intrigada por ésta nueva generación de mujeres y su lucha en el mundo moderno, Nathalie decidió fotografiar a las chicas individualmente, documentando sus historias separadas dentro de una población superpoblada. Creó una habitación a escala humana de forma que las mujeres podrían sentarse en la oscuridad, solas con sus pensamientos, mientras ella las fotografiaba con luz tenue.
Mostrada por primera vez en Roma, la instalación fotográfica está compuesta de retratos (fotos en blanco y negro, coloreadas a mano y luego impresas en más de 200 baldosas) que cubren el suelo y las paredes de la galeria. Daoust quería que la gente pudiese pisar las baldosas con la idea de reforzar el tema de “China Dolls”, la fragilidad y delicada situación que refleja la situación actual de las mujeres en China, y la particular atención que es necesaria para asegurar su rol en el futuro del país. Ella también tenia interés en ver como la gente andaba encima de las baldosas –He estado probando las baldosas en mi estudio durante los seis meses pasados y me he dado cuenta de los diferentes enfoques que tiene la gente en la instalación, algunos tardan de pasar por encima de las baldosas sin pisar las caras, lentamente con cuidado, cuando otros ni siquiera se dan cuenta y no miran abajo-.
En éstas series de retratos, Nathalie quería rendir homenaje a les mujeres que han permanecido por tanto tiempo en la oscuridad.
El límite de la fotografía es nuestro propio límite
