El Circo Criollo / Alicia Lilo

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"El Circo Criollo"

Alicia Lilo

Buenos Aires, Argentina
alicialilo@fullzero.com.ar
 Volver El Circo Criollo: revisitación de un clásico

¿Cual es la verdad?. ¿El río que fluye y pasa,
donde el barco y el barquero son también
ondas del agua?. ¿O este soñar del marino
siempre con ribera y ancla?.
Antonio Machado

A diferencia de los lujosos, plenos de despliegue circos extranjeros, el nuestro conserva con orgullo la humildad de sus orígenes. Su historia puede rastrearse desde la herencia foránea hasta la época donde se constituye en nuestro país con variadas formas. Alicia Lilo, con perspicacia e intuición, explora y registra con su cámara fotográfica el circo criollo, despojado de luminarias, tigres y luces de neón, privilegiando un fenómeno que se despliega desde una inversión tan humilde, como efectiva en su montaje, exhibición y repercusión en el público que, presente, se entusiasma y torna partícipe.

Su encuadre conlleva ajuste y calidad en las tomas, captación fulgurante de instancias que duplican la fugacidad de un salto en el trapecio, o el suspenso de un botín apoyado en lo alto de la cuerda. Conmueve y emociona la captura de lo efímero -producida por esa población nómade, trashumante en camiones y carricoches-, que la autora reproduce en instantes de celuloide: una floración exuberante, que va desde el alzarse de los mástiles, hasta las sorprendentes revueltas en el trapecio, el diálogo absurdo de los payasos o los ecos de un sainete. Un microcosmos que a su vez refleja casi todos los mundos posibles.

Aquí la sensibilidad del obturador no es automática, pues la marca del origen, cocina del espectáculo, tanto como su desarrollo y final, irán marcando un ciclo que, como el de las estaciones, registra y reproduce en nosotros esa ternura originaria, tan entrañablemente familiar, que Alicia fotografía con la pasión y minuciosidad de quien ha compartido esos inolvidables, felices días. El circo criollo acota en la interminable extensión de la pampa ese otro horizonte, el que fuera transitado por los osados marinos. Lo más próximo y lejano se aúnan, y nos quedan, de esa osada y temeraria empresa, los fotogramas que reproducen en nuestra retina lo que fuera y ya es esfuerzo, corazón, talento.

Prof. Osvaldo Mastromauro
Director Revista de Artes Dedalus
omastromauro@fibertel.com.ar    El límite de la fotografía es nuestro propio límite