TUBABUS Y FATAFIUS (De Dignitate Hominis*)
Éste, no es el producto de un viaje por África Occidental, es el resultado de multitud de encuentros.
Las historias de Kandio Mané, de Camboda Fati y de Ramoli Camará -mi encuentro con ellos- resumen, engloban y subliman a todas las demás.
* “De Dignitate Hominis”, (Giovanni Pico della Mirandola, 1486) es considerada el acta fundacional del humanismo moderno, un humanismo que defiende la elemental idea (tan frecuentemente ignorada) de que los seres humanos, independientemente de sus circunstancias, forman una humanidad única: aquello que nos diferencia es insignificante en relación a lo que poseemos en común.
CAPÍTULO I: KANDIO
Soy Kandio, de la familia Mané, mandinga, negro.
Mis antepasados, mandingas desde el principio de los tiempos, sirvieron como esclavos para vosotros los blancos, los “tubabus”.
A pesar de mi apariencia soy un hombre afortunado, poseo todo lo que necesito: techo para cobijarme, cuatro mujeres -Kadi, Aminata, Nhama y Famata que me han dado 30 hijos- que cultivan arroz en nuestras “bolañas”, leche del ganado que mis hijos pastorean y agua que mis hijas acarrean desde los manantiales y pozos del poblado.
Apenas tengo nada más. Excepto el orgullo de ser mandinga.
Ahora algunos de los nuestros están entre vosotros y, en la mayoría de los casos, no son para vosotros más que negros. Mano de obra barata o clandestina.
Vosotros, los “tubabus”, habéis aprendido muchas cosas importantes como el manejo del agua y de la luz eléctrica, pero se os han olvidado otras tantas.
Nosotros los mandingas, los “fatafius”, tenemos Nombre y cada Nombre encierra una historia.
Ahora, que te he dado a conocer mi Nombre, estás obligado a no olvidarme.
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