Paisajes / Saúl Santos Díaz
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"Paisajes"
Saúl Santos Díaz
Canarias, España
http://www.santossaul.com Volver Retratar la Vida
¿Es posible conmoverse al echar un simple vistazo a una fotografía? ¿Es posible sentir un huracán de emociones al contemplar una imagen? No es habitual que esto suceda a diario. Sin embargo, Saúl Santos sí lo consigue. En cada fotografía. Un clic en el disparador. Una lágrima que silenciosamente se resbala por la mejilla del espectador. Uno nunca puede cansarse de las instantáneas de este joven fotógrafo. Cuanto más se detiene uno ante sus fascinantes y casi oníricos paisajes, más se descubre la vida en ellos. Así, es fácil escuchar el piar de los pájaros que se adivinan entre las ramas de los árboles fotografiados. O caer en un natural hipnotismo debido al grácil ajetreo del viento moviendo las hojas en un otoño caduco. O sentir un virtual sueño al oír en la imaginación el suave seseo de las olas del reino del portador del tridente Poseidón.
En su colección de fotografías, Saúl Santos revela sus raíces canarias. Una vida marcada por el abrazo del mar no puede pasar inadvertida. Y numerosos ejemplos hay de ello. Pero más allá de captar simplemente un diminuto espacio de agua, Saúl capta toda su esencia y magnificencia. Su paciencia, su tesón y esfuerzo la Naturaleza las premia. Por eso, le concede en don de disfrutar de luces y colores que fuera de ese momento es imposible lograr contemplar. Y su don y profesionalidad logran hacer partícipes a los espectadores de esa fiesta de matices y mezclas colorísticas.
Saúl Santos es mucho más que un fotógrafo. Es un artista de la talla de los más grandes. La calidad de su obra y sus paisajes lo ponen a la altura del romántico alemán Caspar David Friedrich. Nada del mundo que nos rodea se escapa al visor de esta joven promesa. Cada detalle, cada insignificante y anodino elemento de la vida cotidiana se convierte en arte en manos de Saúl. No hay límites, no hay fronteras. Arte en potencia, y emoción asegurada para el que lo contempla. Sin duda, Saúl merece un fuerte aplauso.
Nuria González Sánchez
El límite de la fotografía es nuestro propio límite