Talleres Liniers / C. de la Bandera
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"Talleres Liniers, 100 años después"
Carlos de la Bandera
Buenos Aires, Argentina
carlosdelabandera@gmail.com Volver 1904- TALLERES FERROVIARIOS LINIERS- 2004
Cuando en 1580 Garay funda la ciudad de la Trinidad, en el Puerto de Nuestra Señora de los Buenos Ayres, las tierras que hoy forman el barrio de Liniers era simplemente la pampa. Estaba muy lejos de las primeras doscientas cincuenta manzanas, próximas al Río de la Plata.
La zona seguía siendo campo cuando el tren la atravesó. El sábado 29 de agosto de 1857, la locomotora La Porteña realiza el viaje inaugural desde la estación Del Parque (hoy Plaza Lavalle- Teatro Colón), hasta la estación La Floresta. Un año después, en 1858, Liniers era atravesado por el ferrocarril, cuando amplió su tendido y llegó hasta la estación San Martín (hoy Ramos Mejía). Con el tiempo, ese ferrocarril, convertirá a Liniers, en un barrio ferroviario, definirá su crecimiento e instalará en él, una parte de su ser: los Talleres de Reparaciones del Ferrocarril del Oeste.
Concretada la venta del Ferrocarril del Oeste a capitales ingleses y repartidas las líneas ferroviarias, los talleres de reparaciones son trasladados del sur, de Tolosa al oeste, a la Villa Liniers. El terreno que ocupaban los talleres pertenecía a la familia Rodríguez Visillac. Los planos del conjunto, fueron aprobados el 16 de noviembre de 1901.
La primera construcción que se elevó en el descampado que era Liniers, fue la Torre de agua, desde donde se obtuvo una foto, en 1903, donde pueden apreciarse los campos de los alrededores. Por aquel entonces, todo iba cambiando. “Cuando en 1904, nos trasladamos de Tolosa a Liniers, la población de éste, se concentraba a una pequeña agrupación de casas situadas al Norte de la Estación Liniers F.C. Oeste...sobre ese espacio, lo baldío superaba a lo edificado... En el año 1905, los obreros de los Talleres del F.C. Oeste, aprovechando las facilidades acordadas por la Empresa, fueron progresivamente construyendo sus viviendas y con ello Liniers cobraba nuevo aspecto y nueva vida. Las casas que continuamente se construían... servían de núcleo ... hasta formar modestos barrios, que bajo su incontenible avance, fueron desapareciendo quintas y baldíos”. x A partir de ese entonces, en Liniers se construye hacia el sur de las vías.
La época en que se trasladan los Talleres, es cuando se producen en el mundo, las mayores migraciones internacionales. En nuestra Argentina, esa época es la de la construcción de las grandes obras públicas. Fue la transformación de la gran aldea, a la ciudad que aunó estilos tan diferentes, como los nuevos habitantes que arribaban al puerto de Buenos Aires. Ese puerto, con su sistema de diques y sus almacenes de ladrillos, con un estilo inglés portuario. Como fue siempre… lejos, en el extremo oeste de la ciudad otras construcciones, también de ladrillos, de estilo inglés, pero ferroviario, quedan como testimonio de nuestra historia. Los edificios de los talleres, fueron poblados por los sonidos de la vida de gente que le dio a Liniers la característica de “barrio gringo”. Eran esperanzados trabajadores, como tantos que formaron nuestro país, los que llegarían a ser linierenses.
Los Talleres, son nuestro patrimonio. Su presencia nos transmite información de valor histórico-cultural. Nos transmiten rasgos únicos de nuestra identidad y su importancia va allá del marco barrial. El complejo ferroindustrial los Talleres de Liniers, conforma un conjunto material que constituyen un legado y un testimonio único de la Edad del Riel, del esplendor de nuestro desarrollo ferroviario. Posee valor histórico cultural y constituye un testimonio directo y auténtico. Es indudable que los talleres son nuestra herencia, nuestra memoria. Liniers. una encrucijada de caminos, en el límite oeste de la ciudad los guarda en su seno.
Nélida Pareja
Junta de Estudios Históricos de Liniers
El límite de la fotografía es nuestro propio límite